Si tienes mascotas, probablemente las veas como a parte de tu familia. No puedes imaginar tu vida sin ellas, y las mimas con amor, atención y con juguetitos. Pero este no es el caso de todas las mascotas que son adoptadas por una familia. A veces, las familias deciden deshacerse de una mascota antes de lo imaginado. Y cuando estos animalitos son expulsados de sus vidas, terminan en refugios junto a millones de otros animales, anualmente.
Cuando los dueños de Jordy, el cachorrito, lo llevaron al refugio, fue un día muy triste. Sus dueños decidieron que ya no querían ocuparse de él, de manera que recogieron sus pertenencias, o sea algunos juguetes, su mantita y algo de comida para luego abandonarlo.
Jordy fue llevado al Refugio de Animales Carson ubicado en Gardena, California. El cachorro de pastor alemán, de tan solo unos meses de edad, estaba claramente confundido y se preguntaba por qué le habían dejado ahí, sin caras conocidas a su alrededor. El personal del refugio vio cómo las emociones de Jordy iban cambiando mientras se retiraba en esa cáscara de su antiguo yo sin energía alguna.
El cachorro estaba completamente aislado emocionalmente, y solo se levantaba para comer o beber un poco de agua. No tenía ningún interés en jugar o socializar debido al dolor que sentía por el rechazo de su familia. Tristemente, Jordy no tenía demasiado tiempo ni demasiadas opciones. Su familia le había dejado en un refugio con una alta tasa de aplicación de la eutanasia, lo que quería decir que si no encontraba un hogar en unas pocas semanas, lo pondrían a dormir para poder acoger a más animales.
Había una descripción de Jordy en el sitio web de la perrera, y se indicaba que era un cachorro de pastor alemán de 9 semanas de edad, de color negro y marrón, y que necesitaba desesperadamente un hogar antes de que se tuviera que enfrentar a una situación fatal. Ningún cachorro tan joven con tanta vida por delante debería quedarse llorando antes de dormir por la noche, preguntándose cuándo van a adoptarle. Todos los perros merecen hogares con muchos juguetes, espacio para correr y amor incondicional.
Afortunadamente, Jordy fue adoptado por una cariñosa familia antes de que su hora en el refugio expirara. Sin embargo, no todos los cachorros como Jordy tienen la suerte de tener un final tan feliz. Adoptar animales de los refugios en vez de comprar cachorros directamente de criadores es una excelente manera de marcar la diferencia en el mundo. Estos animales desechados necesitan más amor del que puedas imaginar, y abrir tu corazón y tu hogar a un animal de refugio puede cambiar tu vida para siempre.
¿Qué piensas de la historia de Jordy? ¿Considerarías la opción de adoptar a un perro que necesitase un hogar? Dinos lo que piensas en la sección de comentarios y asegúrate de compartir esto con tus amigos y con tus seres queridos. ¡Puede que les inspires para que adopten a un cachorrito de refugio!