Tuve que elegir entre un paciente con un ictus, un infarto y dos con coronavirus

04.02.2021 12:13

Raquel Romo trabaja de enfermera en Urgencias en el Hospital Regional de Málaga y como a gran parte de los sanitarios del país, la pandemia del Covid ha hecho mella en ella. Muchos meses de alta presión hospitalaria, que se agrava todavía más viendo la elevada incidencia de los últimos días, que está a punto de colapsar su hospital. «No hay manera de parar esto. No tiene fin», confiesa Raquel al digital 'NIUS'.

Hace una semana, Raquel, que lleva más de dos décadas de enfermera, lanzaba un mensaje de alerta desde la entrada del hospital. A esta enfermera se le saltaban las lágrimas narrando el drama que vive cada día en su hospital y rogaba a la gente que sea consciente de lo extraordinario y grave de la situación actual.

El llamamiento de Raquel ante la dramática situación en los hospitales

«La gente no se da cuenta hasta que le toca. Cuando lo vives es cuando, realmente, piensas: Dios mío, ¿esto qué es? Padres, madres, hermanos. Aquí cae todo el mundo. Familias enteras», aseguraba. Además, Raquel desvelaba que una compañera de trabajo perdió a sus padres hace unos días y con solo unas horas de diferencia.

Raquel admite que no pueden más. «Cuando el hospital está colapsado, a lo mejor llega alguien grave y no hay sitio. A lo mejor es tu hija o tu madre y dices, pero ¿cómo que no hay sitio? Pues eso puede ocurrir», afirma la enfermera que cuenta como cada día tiene que atender tanto a los ingresos por Covid como a los que sufren enfermedades más habituales. «Son pacientes que se deterioran muy rápido y necesitan atención urgente», confiesa.

«No somos superhéroes, somos personas»

«En la última guardia tuve un infarto, un aneurisma de aorta, un ictus y además intubar a dos personas con covid. ¿Qué ocurre? Que el del ictus tiene que esperar y un ictus no puede esperar. Al final, hay que decidir quién es el que está peor, quién va primero. Eso es muy duro», cuenta Raquel, que afirma que hacen todo lo que está en sus manos para salvar vidas. «Nos dejamos la piel cada día y, al final, la mayoría sale».

Raquel explica que la tercera ola está acabando con ellos: «No somos superhéroes, somos personas. Este es el peor momento desde que empezó todo. Ahora ya sabemos a lo que nos enfrentamos. ¿Sabes lo que es haber desmontado el hospital para volver a montarlo porque, de nuevo, suben los casos?», se pregunta la enfermera.

«Hay momentos en los que te vienes abajo, la gente está muriendo sola»

«Cuando ya nos habíamos recuperado un poco, cuando volvían las especialidades a cada sitio, las consultas, otra vez a desmantelarlo todo, convertir la cafetería en planta Covid», asegura. «Si abrimos más sitio, ¿con qué personal? Nos tenemos que dividir. Vamos a marcha forzada, según las circunstancias. Cada día, es un sin vivir por ver con qué te encuentras», confiesa.

Para finalizar, Raquel Romo afirma que a pesar de trabajar en torno a la muerte, ella valora mucho vivir. «Intento ser lo más positiva posible y seguir adelante. Pero hay momentos en los que te vienes abajo. La gente está muriendo sola», reconoce, además de compartir que nunca puede quitarse de la cabeza cuando poco antes de morir, los pacientes le piden que les cojan la mano. «Por favor, no te vayas, quédate a mi lado, me dicen. Y yo me he quedado el tiempo que ha hecho falta, dándoles cariño y apoyo», ya sea a través del EPI. «Ya no es darle un medicamento o poner un ventilador, es tener a alguien a tu lado cuando sabes que te vas», concluye Romo.

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