El pasado jueves una adolescente de 16 años murió víctima del coronavirus COVID-19 en Francia. Esta chica de la región parisina es, de momento, la víctima mortal más joven del país vecino.
El director general de Sanidad, Jerôme Salomon explicó ayer el caso en la conferencia de prensa que ofrece diariamente. No se desveló la identidad de la joven, tampoco las circunstancias de la muerte o si sufría patologías previas. Salomon clasificó el caso de «triste» pero excepcional, ya que son muy pocas las personas jóvenes que sufren tales complicaciones con este virus.
Francia acumula actualmente 29.566 casos de personas infectadas por la pandemia, así como 1698 muertes y 4955 recuperados. Además, unas 14.000 personas continúan hospitalizadas.
Los ancianos en residencias, los más afectados
Estas cifras son provisionales e inexactas, ya que faltan por contabilizar, tal como revela ‘La Vanguardia’, la mayoría de muertes por coronavirus que han tenido lugar en las residencias de ancianos. Tanto en Francia como en España, estos lugares se han vuelto de los más afectados por el COVID-19 y en el país vecino actualmente 850.000 personas residen en este tipo de centros.
En España ya son muchas las residencias afectadas por este virus que se extiende fácilmente entre todos los residentes y afecta gravemente a muchos de ellos por su edad y por posibles patologías previas.
El diario ‘Le Figaro’ denunciaba que en Francia se está viviendo «una tragedia a puerta cerrada» en tales centros. Muchos de los afectados mueren solos, ya que se les prohíbe a los familiares visitarles por temor al contagio. Además, no se les suele llevar al hospital, ya que, por edad, no resistirían el tratamiento que se está aplicando en las Unidades de Cuidado Intensivos. Una situación que se refleja de forma muy similar en nuestro país.