Proponen crear áreas marítimas protegidas a gran escala en la Antártida

23.08.2019 11:53

La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR) estudia crear unas áreas marinas protegidas a gran escala en la Antártida, con el objetivo de preservar a los ecosistemas en esta parte del planeta.

“En la Antártida estamos debatiendo ahora crear áreas marinas protegidas a gran escala para resguardarlas del cambio climático y asegurar que los ecosistemas en el Antártico son preservados de manera sostenible”, indicó David Agnew, responsable de CCAMLR.

Esta propuesta se da en medio de las dificultades para lograr consensos entre 24 países y la Unión Europea para adoptar por unanimidad los proyectos de crear áreas protegidas en la Antártida.

Precisamente, la primera área marítima protegida por la Comisión en el Mar de Ross (océano Antártico), considerada la reserva más grande del mundo con cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados, requirió seis años de deliberaciones en la organización.

Entre los proyectos que no han logrado aún el visto bueno están el de crear una zona protegida en el mar de Weddell, propuesta por Alemania y que cuenta con el respaldo de la UE, la cual abarcaría una zona de 1,8 millones de kilómetros cuadrados que estarían libres de barcos pesqueros industriales y otras amenazas.

Frente a este escenario, Agnew reconoció que ese mar y la península Antártica son las dos zonas más importantes en estos momentos, por lo que los investigadores llevan cuatro años analizando la creación de las zonas protegidas.

A pesar de que los procesos han sido complejos, el organismo destacó que se han tenido avances en la creación de unos protocolos drásticos para que la pesca sea sostenible y no se genere afectación a la fauna en el océano.

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Un gran reto

Aunque las propuestas de crear áreas protegidas en el planeta siempre son una buena noticia, hacerlas realidad implica un gran reto para los países por la magnitud de generar controles y establecer las restricciones en áreas tan grandes.

La organización CCAMLR nació en 1982 en una convención internacional con el objetivo de proteger la fauna y flora marina en la Antártida y aunque ha liderado normas y estrategias de pesca sostenible, la creación de zonas protegidas ha sido una de sus mayores complejidades.

En ese escenario, la organización ha liderado la propuesta de que hayan observadores en cada barco que realizan faenas en el océano haciendo que se realice un mayor control sobre la pesca ilegal.

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De esta forma, la entidad ha sido una de las encargadas de regular la pesca de las especies del océano Austral, especialmente la merluza negra, más conocida como bacalao de aguas profundas, centolla y kril.

“La captura total de bacalao en el Antártico ronda en la actualidad las 15.000 toneladas, mientras que la de kril es de 350.000 toneladas. Esta última es fundamental en la cadena trófica de los ecosistemas oceánicos y su captura debe ser bien gestionada y conservada con el fin de no dañar el ecosistema antártico, ya que prácticamente todos los animales dependen del kril como sustento”, indicó Agnew.

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