Desgraciadamente, son muchas las historias que nos llegan a través de las redes de perros abandonados, obligados a vivir en la calle. Pero, por suerte, muchas de ellas también muestran la otra cara de la moneda: la de las personas que dedican su tiempo y sus recursos a ayudar a estos animales a que puedan vivir en unas condiciones dignas y felices.
Entre esta gente destaca la asociación Hope For Paws, que los que seguís este blog con asiduidad ya conocéis más que bien. Sin embargo, no nos cansamos de compartir sus historias, ya que así queremos aportar nuestro pequeño grano de arena a que sigan realizando esta importantísima labor y, eventualmente, sirvan de inspiración para otras personas en otros lugares del mundo.
En esta ocasión, nos presentan a Angelo, un pequeño perro que vivía en una zanja junto a una factoría de deshechos químicos. Os podéis imaginar que no era precisamente un lugar salubre para vivir, por lo que hubiera repercutido en su salud al cabo del tiempo. Aunque al principio se mostraba desconfiado, al fin consiguen hacerse con el y su vida da un giro de 180º.
Limpio y bien alimentado por primera vez en mucho tiempo, Angelo es feliz en su casa de acogida, dónde tiene tres compañeros, y espera el que sea su hogar definitivo.