No le ayudaron 35 médicos. Lo qué funcionó fue la idea loca de la madre de este niño. ¡Arriesgó mucho, pero valió la pena!

27.02.2018 09:25

Para cualquiera madre no hay nada peor que ver a su hijo sufriendo día tras día. Stephanie Smith veía a su bebé llorando de dolor todo el tiempo. Los médicos no pudieron ayudarle. Por eso la mujer hizo caso a su intuición y... ¡Leedlo!

Stephanie no es una madre mala. La mujer viendo a su hijito Isaiah, de tres meses, sollozando de dolor, quería alivio para él. ¿Imagináis soportar toda la vida un dolor muy fuerte? Por eso la mujer a veces quería que su niño muriese... Por su propio bien. El chiquillo desde el tercer mes de su vida sufría una inflamación rara de piel. Todo el tiempo tenía erupciones dolorosas causadas por varios factores, como por ejemplo suavizantes o perfume.

En su piel se abrían las heridas y el toque suave le causaba dolor inmenso. Stephanie dice que lloraba por no poder tocarle ni abrazarle, oyendo sus gemidos de dolor. Ninguna madre quiere que su hijo se encuentre en un estado así ya que se le parte el corazón.

Los padres del bebé visitaron en total 35 médicos. La mayoría de ellos suponía que Isaiah sufría el eccema (conocido como el eczema también), es decir unas afecciones dermatológicas provocadas por algún factor. Le recetaron unos esteroides.

Por desgracia, los esteroides ayudaron por un tiempo muy limitado y luego hacían depender su organismo de la medicina. La madre desesperada buscaba ayuda en los foros donde se aseguró de que los esteroides no son buenos. Se dejó llevar por su intuición...

Primero, se dio cuenta de que Isaiah se sentía mejor durante el baño. Para aliviar su sufrimiento, a menudo le dejaba en la bañera. El chiquillo podía entoncer dormir un rato sin sentir el dolor.

El gran viraje fueron los experimentos de Stephanie. Después de dejar los esteroides, a pesar de la opinión de los médicos, la mujer buscaba formas alternativas. Isaiah ya estaba bastante adicto a los esteroides así que cuando le daban una dosis más pequeña, no paraba de gritar del dolor. Sin embargo, le ayudó una cosa inventada por su madre. ¡Ocurrió un milagro! El bálsamo natural, hecho por ella de la hierba de limón y el cinc, dio resultados. ¡Es más! Isaiah viendo el bote con el bálsamo, se le acerca y lo abraza. Se nota que la idea de su madre le ayuda mucho. Su piel se hizo menos roja y después de un mes se pudo ver la piel normal bajo las manchas rojas.

Así se ve Isaiah ahora. Ya no tiene la piel roja y dolorosa, no tiene reacciones alérgicas. Stephanie tiene su propio blog en cuál documenta la historia de su hijito. Quiere que otros padres tengan un apoyo. Y nos hace recordar que aunque a veces faltan fuerzas, la esperanza nunca muere.

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