Niñas y menstruación: el poder femenino

17.08.2018 11:16

Niñas y menstruación: el poder femenino

Estar informadas como madres y mujeres adultas es el primer paso para acompañar a nuestras niñas en este viaje hacia su primera menstruación.

Niñas y menstruación: el poder femenino… Soy madre de una niña de 7 años y muchas veces me he preguntado cuál es la mejor manera de hacerla sentir bien con su femineidad, con su poder creador y dador de vida… No es fácil en una cultura y en una sociedad en la que se nos ha enseñado de manera tácita y de manera abierta a no sentirnos cómodas con nuestra sexualidad, esta hermosa sexualidad que nos hace poderosas y que nos pertenece desde que nacemos.

Lo que creo que hace falta no es decirles a las niñas que sean buenas, o que “se cuiden” como si vivieran expuestas constantemente a algún peligro, yo creo firmemente que a las niñas hace falta decirles que sean felices y orgullosas de ser mujeres, y que no solo “se cuiden”, sino que cuiden de ellas y de su cuerpo como un templo. A las niñas, a las jovencitas hay que decirles que son “poderosas”, porque en ellas existe dormida, pero latente, la capacidad de dar vida y que ese poder despertará junto con ellas para transformarlas en mujeres…, las mujeres (todas las mujeres) nacemos con un poder silencioso e invisible, que vive en nuestro interior igual que nuestro corazón y que va creciendo junto con nosotras para hacernos únicas e irrepetibles. Ese poder nos enseña que nuestro cuerpo es perfecto y sabio, y nos irá dando señales de a poco cuando se acerque el momento de vivir nuestros ciclos, igual que la naturaleza tiene los suyos.

Si, yo creo que hace falta contarles a las niñas y a las mujeres jóvenes que no solo tienen un ciclo vital de vida, sino que poseen un ciclo divino: la menstruación. Esa menstruación que es un poder que puede transformar la vida y crearla, que las mujeres somos cíclicas: como la luna, como la marea, como las estaciones del año, que tenemos nuestro ritmo y que vamos en armonía con la naturaleza… Así, las niñas esperarían con ilusión la llegada de ese poder con su menarquía, con su primera menstruación, podría incluso ser una celebración: la llegada al fin de su luna, de la sangre que representa el inicio de la vida y que mes a mes le recordará que todo puede renovarse: los pensamientos, las intenciones, la actitud, las células.

Las niñas pueden aprender entonces que los cambios que vienen las representan como ser vital en la naturaleza, en la cual van a florecer como las flores en la primavera y que también tendrán días mas sensibles y callados… como en el invierno, en los que querrán estar con ellas mismas, que de a poco irán conociendo su propio ciclo, que estar en contacto con su cuerpo les dará esa consciencia corporal valiosa que requieren para saber que necesita su salud, su mente, su espíritu.

A las niñas hay que enseñarles a que abracen su poder, que para hacerlo es importante que se escuchen, que se sientan, que observan como cambia su humor, su energía, las sensaciones de su cuerpo…, que imaginen entonces como la perfecta naturaleza las han elegido mujeres para ser canal de vitalidad…, llevar ese poder es un gran regalo por el cual se debe agradecer, y también, es una gran responsabilidad que aprender a usar.

A las madres nos toca cambiar el discurso, hacer que las niñas se sientan cómodas en su piel, en su cuerpo, con todas sus funciones vitales cíclicas, nos toca hablarles bien y claro sobre su poder, nos toca respetarlas y encaminarlas para que abracen su femineidad, cada niña tiene la opción de ser una futura madre, la naturaleza habita nuestro interior y nos irá cambiando, nos abrirá los sentidos para conocernos mejor, para ponernos al frente de nuestra vida y de nuestra salud sexual, con alegría, con amor, con devoción.

Estar informadas como madres y mujeres adultas es el primer paso para acompañar a nuestras niñas en este viaje hacia su primera menstruación. 

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