Niña se suicida: el secreto que ocultaba dejó a su madre con el corazón roto

22.02.2018 09:13

El acoso escolar es un escalofriante fenómeno que se ha extendido en todo el mundo. En cada escuela existe al menos algún niño que sufre bullying de parte de sus compañeros. Crystal Bell nunca supo qué tan grave eran los problemas de su hija hasta que la encontró sin vida. 

La australiana Libby Bell tenía solo 13 años. Se destacaba por ser una excelente nadadora y haber terminado con honores un curso para ser salvavidas. Sin embargo, bajo su tierna mirada se escondía una cruda realidad: era acosada por sus compañeros, tanto de manera física como online.

Finalmente, la niña no encontró otra solución. Quizás su joven juicio no le permitió entender que había otras formas de salir de aquel hoyo que para ella se sentía como el infierno. Hace tan solo unos días, los ataques que se perpetuaban desde hace más de 2 años tuvieron un terrible desenlace. Libby se suicidó.

Las noticias fueron devastadoras para todos aquellos quienes la conocían. Muchos se preguntan: ¿quiénes son los culpables? ¿Por qué no pueden ser procesados? La falta de leyes que actúen en contra del acoso escolar hacen que sea imposible buscar culpables. Pero todos sabemos que los causantes de la muerte de la preadolescente son personas de carne y hueso.

Crystal Bell, la madre, posteó el siguiente desgarrador mensaje en Facebook el día 5 de septiembre:

“He intentado tantas veces encontrar las palabras correctas, pero estoy perdida y vacía… Libby Bell, ¡ha sido una alegría y un placer criarte por estos CASI 14 años de tu hermosa vida! Mientras me niego a aceptar la realidad que ahora enfrentaremos por el resto de nuestras vidas, esta tarde tuve una experiencia que destruyó mi alma cuando me senté allí donde tú diste tus preciosos últimos alientos hace una semana… el mayor tiempo que he pasado lejos de ti en toda tu vida… porque no podíamos soportar no estar contigo… buscábamos tu atención y siempre adoramos tu afecto y tu alma… Tendré para siempre un hoyo en el corazón en el que perteneces, eres demasiado perfecta para el cielo…”.

Luego, continúa:

“Está fuera de mi comprensión el que hayas pensado que esta podía ser una solución para terminar con tu dolor… aquellos que te acosaron y tus supuestos amigos no te defendieron… te fallaron, niña hermosa, y nosotros no dejaremos de luchar por ti hasta que sean considerados culpables. No puedo soportar el tener que decirte adiós, así que terminaré diciéndote: nos vemos pronto, hija hermosa…”. 

Ninguna madre debiera encontrar a su pequeña hija muerta por culpa de los tormentos que otros niños de su misma edad le causaron. De alguna manera, este tipo de situaciones tienen que detenerse. En Australia ya se están teniendo conversaciones para encontrar una solución que en otros países ha dado resultado: una ley en contra del acoso, que penalice aquellos que lo hacen.

Mientras tanto, es necesario que hablemos con nuestros hijos para saber qué está pasando en sus vidas. Ellos tienen que saber que tienen el apoyo de sus padres y familiares, y que es posible encontrar situaciones a los problemas por los que están pasando. Ningún niño debe sentir jamás que la única solución disponible es acabar con su vida.

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