Motivar o romper el espíritu de un niño

26.02.2018 09:10

Esta nota no pretende decirle a nadie como criar a sus hijos, es solo un mensaje que comparte algunas cosas que nosotros hemos implementado en nuestra crianza y que funcionan, no solo con nuestros hijos, sino con mi esposo, familia, amigos…

Motivar o romper el espíritu de un niño… He leído y escuchado tanto sobre como la manera en que hablamos a nuestros hijos se convierte en su voz interior, pero ¿realmente tenemos claro cómo incide en los niños lo que decimos y la intención con la que lo hacemos?

Por eso, tengo algunos ejemplos que me han ayudado a reflexionar sobre la manera de comunicarme con mis hijos y con otros adultos…

¿Si tuvieras que bajar de peso, qué resultaría mas motivador?

“Estás gorda. No te compraré nada de ropa hasta que bajes de peso”

O:

“Caminemos después de comer.”

“Te voy a preparar una ensalada.”

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

¿Si tuvieras que aprender a nadar, qué resultaría mas motivador?

“No quiero escucharte llorar. ¡Métete al agua y nada, pareces y no eres un bebé!”.

O:

“Aquí estaré, tu puedes hacerlo, si no hoy, mañana puedes intentar de nuevo.”

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

¿Si necesitaras aprender nuevas reglas de higiene, qué resultaría mas motivador?

“¿!Qué es ese olor horrible?!, ahora veo porqué no tienes amigos”.

O:

“Vamos a la tienda y compremos un desodorante. Tu pelo huele tan bien cuando lo lavas, yo creo que deberías hacerlo diario”.

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

¿Si necesitaras mejorar tus modales en la mesa, qué resultaría mas motivador?

“Comes como un cerdo. No soporto verte comer, eres desagradable”.

O:

“¿Te gustaría que te ayude a usar mejor los cubiertos?”, “Gracias por masticar con la boca cerrada”.

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

¿Si fueras desordenado o desorganizada, que resultaría mas motivador para que fueras un poco mas responsable?

“¡No puedes hacer nada bien!, siempre estás perdiendo algo o haciendo todo mal”.

O:

“Todos cometemos errores. Así es como aprendemos. No pasa nada, ahora hay que limpiar.”

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

En diferentes momentos de mi vida he necesitado bajar de peso, aprender a nadar, mejorar mis hábitos de higiene, mejorar mis modales en la mesa y aprender a ser mas ordenada y en cada uno de esos momentos ocupé motivación. Por eso, cuando he mirado a niños pasar por eso y he observado y escuchado a los adultos a su alrededor presionarlos en lugar de “acompañarlos”, he sentido compasión y pena por los niños…

Regañar, reprimir, castigar, amenazar, presionar o ridiculizar a un niño no lo enseña a ser mejor persona…, lo rompe por dentro, no le aporta nada a su crecimiento.

Los niños y niñas al igual que los adultos requieren aprender constantemente: aprender a ser mas precisos, a ser mas rápidos,  a resolver conflictos, a andar en bicicleta, etc…, y a veces escuchan cosas como:

“Hazlo de nuevo, no es tan difícil”, “¡En serio, lo volviste a romper!”, “¿Cuántas veces tengo que decírtelo para que entiendas?”, “Mira como todos los demás ya saben hacerlo y tu no…”

Con cada palabra sembramos una intención, un mensaje que se queda registrado en la memoria de ese niño o de esa niña que está aprendiendo, incluso nuestro lenguaje corporal pasa mensajes de aprobación o de desaprobación. Con cada control en exceso de nuestra parte, los niños se quedan pequeños, inseguros, su espíritu se va quebrando, sintiéndose menos capaces, menos brillantes y todos los niños son capaces y brillantes, TODOS.

Los niños no necesitan ser criticados sino apoyados, necesitan creer en ellos mismos y saber que eventualmente pueden lograr todo lo que se propongan, y que el tiempo para hacerlo no es importante, su logro y su aprendizaje en el trayecto lo es.

Existe una línea muy delgada entre dar guía a un niño e imponer nuestra autoridad para que aprendan, hagan o dejen de hacer algo, todo ello disfrazado de buenas intenciones. Todos hemos cruzado esa línea alguna vez, y ello debe alertarnos, hacernos conscientes de que criar no es un momento o un logro, criar es un acompañamiento de vida, en la paciencia, en la tolerancia, desde el amor, desde la empatía, no estamos solo criando a un niño, estamos cuidando a un espíritu que nos ha sido encomendado. 

Los padres y las madres tenemos la encomienda de ver a nuestros hijos siempre en sus mejores posibilidades, ser rígidos e inflexibles no hace un hombre o una mujer de bien, hace a un niño miedoso, temeroso, inseguro. Dejar la guía para los asuntos serios de la vida es mejor, el día a día se aprende jugando, disfrutando, no amenazando, no reprendiendo a cada paso, a cada palabra.

Cada niño tiene su propio ritmo y forma de aprendizaje, cada niño es único, deja de reaccionar ante las cosas y hechos sin importancia, concéntrate en ayudarlo a descubrir sus mejores habilidades, sus gustos, sus preferencias, si quieres enseñar algo, hazlo desde y con el ejemplo. Celebra o reconoce los logros de tus hijos, no los premies por todo, no los regañes por todo, elige palabras positivas en lugar de palabras negativas, mira como puedes ver florecer a tus hijos cuando te conviertes en su motivador amoroso, en el refuerzo de su espíritu y no en la persona que lo juzga, que lo persigue…, seguirás cometiendo errores, porque ser padres es un trabajo interminable de aprendizaje, pero que tus hijos sepan que los amas incondicionalmente es la mejor guía que puedes ofrecerles. Criar no es simple, pero siempre se puede hacer mejor:

La vergüenza hace renunciar, la motivación fortalece.

Los juicios paralizan, la compasión libera.

La exasperación cansa, la paciencia apoya.

Gritar rompe la comunicación, escuchar la abre.

La culpa hiere, el perdón sana.

Culpar destruye, reconocer construye.

El rechazo pierde, el amor incondicional gana.

¿Si aún fueras un niño o una niña tratando de abrirte camino en la vida de la mejor manera posible de acuerdo a tus capacidades y entendimiento, qué resultaría mas motivador?

“No estoy seguro de que lo logres”.

O:

“Te amo tal y como eres, exactamente como eres”.

En mi vida personal la frase “AMA SOLO POR HOY” se ha convertido en un mantra que me ha ayudado a ser y a sentirme mas feliz, con quien soy, como soy, con lo que tengo, como lo tengo y con mi familia, exactamente como es.

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