Tras diez años y cinco procesos judiciales, la justicia determina que Martina Rossi no se suicidó saltando por un balcón, sino que trataba de escapar desesperadamente de una violación en Palma de Mallorca
Han sido necesarios diez años y cinco procesos judiciales para entender cómo y por qué murió Martina Rossi, una joven genovesa de 20 años que el 3 de agosto de 2011 cayó desde el balcón del quinto piso de un hotel en Palma de Mallorca donde pasaba unos días de vacaciones juntos a sus amigos. Martina no se suicidó, sino que murió tratando de escapar desesperadamente de una violación.
LA SENTENCIA
"Por fin se ha hecho justicia -ha comentado Bruno Rossi, padre de Martina-. Mi esposa y yo no queríamos venganza, solo la verdad. Nadie podrá devolverme a mi hija, nadie podrá aliviar nuestro dolor eterno. Pero ahora Martina ha recuperado la dignidad que se merece después de todo el barro que le arrojaron y podremos recordarla de la mejor manera posible".
Los jueces del Tribunal de Casación de Italia han confirmado la pena de prisión de tres años contra Alessandro Albertoni, campeón de motocross, y Luca Vanneschi, dos treintañeros de Castiglion Fibocchi (un municipio cercano a Florencia) por intento de violencia sexual grupal.
Aunque ambos ya fueron condenados en primera instancia a seis años por el tribunal de la región de Arezzo, posteriormente resultaron absueltos en apelación por los jueces florentinos y la Fiscalía recurrió al Tribunal de Casación.
LA HIPÓTESIS DEL SUICIDIO
El procurado general ya reiteró durante el primer juicio que Martina Rossi no se había suicidado (una de las tesis de la defensa) sino que se cayó del balcón del quinto piso de un hotel en Palma de Mallorca donde estaba de vacaciones con unos amigos, porque "estaba intentando" escapar de una violación en grupo".
El juez de instrucción había aceptado rotundamente las reconstrucciones de los dos primeros juicios que habían establecido que la "convivencia" de los dos imputados en la habitación del hotel en Palma de Mallorca, "influyó negativamente" en la reacción de Martina, que, ante un estado de shock e incapacidad de defenderse, eligió la vía de escape más difícil". No el de la puerta sino el fatal de la terraza trepando por la balaustrada. "Pero sólo para escapar y no con intención suicida".
La defensa luchó por la absolución tratando de aplazar la audiencia con algunas objeciones judiciales no reconocidas por el Tribunal.