El oso grizzly es una variedad de oso pardo que habita en América del norte, y que desde el año 1975 quedaba protegido de la caza por la Ley de protección de especies. Por aquél entonces, sólo quedaban 136 ejemplares en el Parque Natural de Yellowstone, una de las zonas donde más habitaban estos animales.
Gracias a su protección, el número de ejemplares ha ascendido a 700 y, a pesar de ser un número todavía no muy alto, la administración Trump ha decidido que es suficiente para retirarles la protección y permitir de nuevo su caza.
Las organizaciones animalistas ya han expresado su preocupación con respecto al futuro de esta especie en la zona de Yellowstone, temiendo que pueda suponer un retroceso después de más de tres décadas.
A partir del mes de septiembre se permite la caza de 22 osos grizzly -12 de los cuales podrán ser hembras-, en los terrenos públicos y privados más allá de los límites de los Parques Nacionales de Yellowstone y su vecino Grand Teton.
Las hembras son susceptibles de dar a luz hasta cuatro cachorros por camada. Matar a una hembra podría equivaler a eliminar cinco osos de la población de un solo golpe.
Esta clase de decisiones parece que se toman a la ligera pero pueden tener consecuencias fatales a medio y largo plazo, aunque Trump ya ha demostrado en varias ocasiones que el planeta y la naturaleza le importan más bien poco.
Última hora: Un juez emitió una orden temporal que bloquea las cacerías después de que el gobierno federal retirara las protecciones. Está considerando si los osos deberían volver a incluirse en la lista de especies en peligro de extinción.