Elegir una carrera universitaria no es una tarea nada fácil, al contrario, cada vez es más complicado pedirle a un joven de 18 años en promedio que escoja o se imagine cómo quiere que sea su futuro y por lo tanto, cómo o en qué se ve trabajando por mucho tiempo.
Cada país tiene su sistema educativo diferente, sin embargo, algo que tienen en común es que para garantizar un buen trabajo es necesario o casi obligatorio tener una grado universitario. Otro aspecto importante, es la vocación, estudiar algo práctico o lucrativo funciona para muchos, sin embargo, otros encuentran su vocación en otras profesiones totalmente diferentes.
Sin amor o pasión por lo que haces es muy complicado disfrutar de tu trabajo, por ello, es imperativo que ambos funcionen como perfectos engranajes para que tu calidad de vida sea satisfactoria.
No obstante, amar lo que haces no siempre es tan redituable para tus gastos como adulto y menos cuando de ti o más bien de tu sueldo dependen otras personas.
Una maestra originaria de Sinaloa, México compartió su experiencia tras renunciar a su plaza en la Secretaria de Educación Pública (SEP), donde trabajó por 8 años.
La joven maestra se dio cuenta que las condiciones para los docentes no eran justas, su decisión aunque inesperada fue bastante pensada, pues además de renunciar a su empleo en su escuela, lo que hizo s renunciar a su profesión de maestra.
Diana Clarissa, aclaró que aunque le encantaba ser maestra y disfrutaba la docencia, se dio cuenta que no le daba dinero suficiente para poder mantener a su familia e hijos.
Su denuncia o experiencia se volvió viral en TikTok, en donde expuso públicamente a la escuela donde trabajaba por no pagarle lo que merece.
Al comienzo, Danissa explica que recibió un permiso de 6 meses y esperaba volver a clases por “amor al arte y a los niños“. Al volver nada era como lo esperaba y decidió dejar su plaza.
Como es costumbre, ella esperaba recibir su finiquito como profesora luego de su renuncia, pero le dijeron que no recibiría nada.
“Hasta nunca SEP, hoy reiteré que tomé la mejor decisión, nomás por no dejar pregunté si me correspondía algún finiquito, compensación o algo por mis más de 8 años de servicio, y me dijeron que nada, que podía pedir mi compensación de AFORE por desempleo (…) Ojalá algún día paguen sueldos dignos a los maestros“, manifestó en redes.
Los usuarios de la red social se solidarizaron con la ex maestra y también comenzaron a compartir sus experiencias siendo parte del sistema educativo o de otras empresas corporativas.
“No es el problema mi vocación, mi vocación siempre ha estado firme. El problema es que con vocación yo no mantengo a mi familia. Con vocación no pago las facturas ni los recibos. Desgraciadamente, cuando tenemos familia nos damos cuenta que un salario de docente no alcanza“, concluyó.