Los niños que son abrazados con frecuencia suelen tener un mejor desarrollo, estudio

24.02.2020 11:04

Uno de los amores más sinceros que puede haber es el de los padres hacia sus hijos. Tanto papá como mamá siempre van a querer velar por el bienestar de su hijo.

Los cuidados que tienen, la protección que les brindan, el tiempo que dedican y demás actividades son muestra de este gran cariño.

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Sumado a ello las muestras físicas de amor y cariño, así como también las palabras amables y en las que pueden recordarles lo mucho que lo quieren, son acciones que llegan a tener un afecto positivo en su autoestima, crecimiento y buen desarrollo.

Además, los abrazos son un acto que no sólo hace sentir amado a tu pequeñito, sino que también influyen positivamente en su salud y desarrollo.

De acuerdo con la psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir, quien fue pionera en la terapia familiar, aseguraba que los abrazos son un acto de amor fundamental en la vida de los niños.

Necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir. Ocho abrazos al día para mantenernos. Doce abrazos al día para crecer.

Sumándose a eso, un estudio publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos demostró que los abrazos pueden llegar a ser un factor importante en la salud de los niños a largo plazo.

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Según los investigadores, disfrutar de una relación amorosa por parte de los padres, en donde se presentan las muestras de cariño que se practiquen diariamente, genera que los niños tengan menos posibilidades de desarrollar enfermedades a mediano y largo plazo.

De acuerdo a otro estudio, las personas enfermas que experimentaron abrazos con más frecuencia presentaron signos menos graves de la enfermedad.

Además de esto, los abrazos también son una excelente dosis de seguridad, tranquilidad y felicidad.

Un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE explica que la sensación de tacto propia de un abrazo hace que se desactive la zona del cerebro que responde a las amenazas.

Esto provoca que se produzca menos cortisol, la hormona que se libera como respuesta al estrés, por lo que tu hijo pequeño puede sentirse más relajado a pesar de haber sufrido una situación que lo haya hecho sentir amenazado o estresado.

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