Aunque poco a poco los circos y los zoológicos van desapareciendo del mapa, todavía queda mucho por hacer. Mientras que sigamos acudiendo a estos centros de tortura, esclavitud y cautividad estaremos contribuyendo a que cosas tan horribles como esta sigan pasando.
Los osos son animales salvajes y libres. Nunca nacieron para ser criados en circos o encerrados en el zoo. Pero si además estos grandes omnívoros sufren maltrato o son usados cruelmente en espectáculos la situación pasa de mala a malísima.
Este pobre oso se orinaba a sí mismo durante la actuación que le obligaban a hacer. Un situación tan despreciable para él como los humanos que lo han llevado a ello.
Nunca, en ningún caso, deberíamos ver a un oso así. Ni es natural, ni ético, divertido o cultural. Es completamente una aberración de la raza humana.
Que un pobre animal se mee de estrés, miedo o nerviosismo no debería ser jamás culpa nuestra.