Desde que era un niño pequeño, Tony Luciani ha estado fascinado con la pintura y ha hecho de ella su arte y su vida. A partir de entonces se ha convertido en un multipremiado artista con más de 40 años de trayectoria que ha sabido crear hermosas y estremecedoras obras con el manejo de la luz y la composición.
Pero sus pinturas tardaban meses en ser completadas, y Luciani no estaba satisfecho terminando sólo 3 o 4 de ellas cada año. Fue así que encontró en la fotografía otra forma de convertir sus sentimientos en arte.
Cuando su madre, Elia, comenzó a desarrollar demencia parcial a la edad de 92 años, Tony decidió que ella estaba demasiado llena de vida y humor como para considerar siquiera llevarla a un centro de retiro de ancianos, ¿la solución? la llevó a vivir consigo a su casa/estudio en septiembre de 2014.
Elia se convirtió en su musa particular realizando fotografías que cuentan la historia de su vida, de su niñez, juventud y vejez, de los años vividos pero también de las esperanzas y los sueños por cumplir.
Tony notó que cada vez que su madre se vestía y preparaba para ser fotografiada ella parecía volver a la vida e irradiar luz, se divertía participando. Así que él continua fotografiándola, y ella continúa floreciendo.
Las sesiones de fotografías con Elia activan su mente y capturan su espíritu.
Sus imágenes evocan recuerdos y esperanzas.
El amor por la mujer que le dio a luz brilla, y es evidente, a través de los retratos que él crea de ella.
Estas hermosas fotografías son la prueba de que, como el propio Tony Luciani dice: “La vida no consiste en esperar a morir. Se trata de querer vivir”.
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