Florencia Lobo, una mujer de Santa Rosa de Leales, Argentina, salvó y crió por dos meses a un tierno gatito que encontró desamparado en una cueva, pero resultó ser un ejemplar de puma yagouaroundi.
A mediados de septiembre, Florencia se encontraba pescando junto a su hermano cuando comenzó a escuchar unos ruidos extraños que provenían de una cueva.
Al adentrarse en el lugar se topó con dos gatos cachorros, rodeados por un cadáver de quien parecía ser su madre o algún animal; la oscuridad del sitio no le permitió a la mujer mirar con más detalle.
Al ver la triste escena, la joven solo pudo optar por una solución: adoptar a los dos felinos y los nombró Dani (hembra) y Tito (macho).
Infortunadamente, pocos días después Dani falleció mientras que Tito se volvió fuerte, juguetón y el fiel compañero de Lobo.
Con el pasar de los días, Florencia comenzó a notar que Tito tenía un apetito insaciable y que era más activo que otros gatos, por lo que comenzó a dudar de su verdadera naturaleza; sin embargo, no fue hasta que el felino sufrió una caída que le afectó su forma de caminar, hasta que la mujer descubrió que el espécimen con el que durmió todas las noches por más de dos meses no era un animal doméstico.
“Se comunicó entonces con un especialista de la reserva Horco Molle, quien le confirmó que el animal era en realidad un puma yagouaroundi”, informó el medio local El Tucumano.
Al enterarse de esto, Lobo se contactó con la Fundación Argentina de Rescate Animal (Fara), quienes recibieron con gusto al ejemplar y se comprometieron con su reinserción a su hábitat natural.
“Queremos agradecer a la gente que entregó el animalito y queremos hacer llegar el mensaje de que estos animales no son mascotas, ellos deben estár en su lugar”, manifestó la organización.
“Siento que va a estar triste sin mí y me preocupa que lo suelten y no sepa hacer sus cosas porque ya está domesticado, pero creo que no se le va a quitar lo salvaje. Espero visitarlo pronto”, manifestó Florencia Lobo.