Germán Navarro, de Lugones, en España, se presentó al hospital para realizar un acto de protesta tras el fallecimiento de su esposa, quien luego de no recibir la correcta atención médica fue enviada a casa y murió solo tres horas más tarde, según reseñó el medio local El Comercio.
El hombre llegó a las diez de la mañana al centro de salud de Lugones con la cenizas de su esposa, un par de jabones, flores, 100 euros y una invitación para alojarse en el hotel Las Viñas, el cual le pertenece.
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Cada uno de los objetos que el viudo llevó al hospital tenía un significado para hacer sentir culpable al médico que la atendió: los jabones fueron para “limpiar la conciencia”, los 100 euros por “la consulta de 10 minutos”, mientras que la invitación a su hotel fue para agradecer “la atención prestada en la consulta”.
Los hechos sucedieron el pasado 5 de agosto, cuando María Luisa Amores Blanco ingresó en compañía de su pareja a urgencias con un fuerte dolor de cabeza, eso con el fin de “no tener que pasar por el protocolo del hospital, pero él (el médico), se molestó muchísimo porque teníamos que haber pedido cita, así que la mandó para casa sin mirar”.
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María Luisa falleció un día antes de jubilarse, tenía 61 años y dejó a su esposo desolado. “Teníamos la vida resuelta y ahora todo se desmorona. Ella era la que llevaba todo en la casa. Me siento sin nada”, expresó Germán, quien aseguró que llevará el caso ante la justicia.
Hasta el momento la causa del fallecimiento se desconoce y sus familiares están a la espera de los resultados de la autopsia.