Hablemos de parto respetado: Parir es Poder

16.05.2018 15:24

Con motivo de la Semana Mundial por el Parto y el Nacimiento Respetados, Karla Lara nos comparte algunas consideraciones sobre estas prácticas.

Hablemos de parto respetado: Parir es Poder.

Me interesa compartir algunas reflexiones para entender su razón de ser y de existir y la necesidad latente que se tiene de que mujeres y niños vivan plenamente sus procesos fisiológicos y naturales de gestación, nacimiento, lactancia y crianza, la necesidad vital de recuperar el poder de parir.

Hablar de “Parto y Nacimientos Respetados” en México implica saber que existe legislación al respecto:

  • La Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-1993, Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido. Criterios y procedimientos para la prestación del servicio.
  • La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y de igualdad entre Hombres y Mujeres;
  • y a nivel Internacional los Principios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca del cuidado perinatal: guía esencial para el cuidado antenatal, perinatal y postparto.

Referirnos al contenido de dichos documentos es considerar una serie de derechos que ciertamente son enunciados, pero tristemente no siempre son respetados. Y es que los tiempos que vivimos y la velocidad con la que nos conducimos nos han hecho sentir que las mujeres necesitamos que nos enseñen, que nos digan cómo parir, y así; sin haber vivido un parto, vamos aprendiendo sutilmente el miedo a experimentarlo, aprendemos la ansiedad alrededor de ese trance involuntario y poderoso que nos transforma, empezamos a creer que es absolutamente necesario que nos digan que hacer durante el parto y con esta falsa creencia se fomenta y se permite la intervención y la interrupción excesiva durante los nacimientos, lo que provoca que la mujer de parto se vea despojada de su poder para parir, de su capacidad natural para hacerlo y vaya entregando de a poco ese poder hasta rendirse y eso se traduce en historias de nacimientos que no siempre son satisfactorias para las madres y en muchos casos con efectos negativos para mamás y bebés. Sin embargo; estamos quienes creemos firmemente que el parto merece y requiere un poder que tenemos nosotras las mujeres y pedimos para nosotras y deseamos para todas las mujeres partos respetados. ¿Cuáles son entonces los derechos que deben protegerse y resguardarse cuando se trata del nacimiento de un bebé?

  • Información: no debe ser negociable que se le informe absolutamente de todos y de cada uno de los procedimientos e intervenciones que se le harán a la mamá y a su bebé para que sea ella quien decida y consienta basada en dicha información sobre el cuidado de su salud y la de su bebé. Es importante mencionar que la información debe ser clara, oportuna, basada en evidencia y en la forma que sea entendible para la mujer;
  • Ser tratada con respeto, garantizando su intimidad en todo momento; ser considerada una persona sana con capacidad de parir a su bebé;
  • Ser escuchada y atendida en sus necesidades fisiológicas, emocionales y psicológicas, incluyendo el respeto a su plan de parto y de no existir, el respeto a las peticiones que vaya formulando conforme avance su parto;
  • Que no le sean efectuados procedimientos o intervenciones que se consideren de rutina cuando su condición de salud no los requiera;
  • Que se le permita hidratarse, comer, ir al baño, estar en movimiento y ser acompañada por la o las personas que ella elija durante su parto, personas que sean de su confianza;
  • Ser respetada en sus tiempos biológicos y naturales para que nazca su bebé, alumbre la placenta y tenga a su bebé consigo al nacimiento para iniciar la lactancia lo más pronto posible;
  • Ser informada sobre la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar;
  • Recibir asesoramiento sobre los cuidados que necesita su bebé al nacer y ella misma durante el post parto. Respetar al menos las condiciones anteriores nos aleja de caer en la realización de intervenciones no requeridas, que muchas veces ocasionan cesáreas innecesarias y con ello una serie de complicaciones que ponen en riesgo a la madre y al bebé.

Al igual que la madre, el bebé también tiene derecho a vivir un nacimiento respetuoso, y ello implica que le sean respetados al menos los siguientes derechos:

  • Ser tratado en forma respetuosa y suave atendiendo sus necesidades fisiológicas y emocionales; ser respetado en sus tiempos biológicos y naturales para nacer y permanecer junto a su madre inmediato al nacimiento; y a no ser sometido a ningún examen o intervención innecesarios y ser amamantado.

Si fuera el caso de que la madre o el bebé se encuentran en situación de riesgo, también, deben ser tratados con respeto.

En México se han logrado avances para legislar los derechos de las mujeres y de sus hijos al nacimiento y durante el post parto, ahora se sanciona legalmente la violencia obstétrica cuando el personal médico dañe, lastime o denigre a la mujer durante la gestación, alumbramiento o el puerperio. Es importante comprender que la violencia obstétrica incluye el uso de anticonceptivos o esterilización sin autorización o consentimiento de la mujer, el separar o interferir con el apego del recién nacido al negarle a la madre la posibilidad de cargarlo y amamantarlo inmediato al nacer; se castiga también la negligencia en la atención médica que se exprese en un trato deshumanizado, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, como emergencias obstétricas y la práctica de cesáreas innecesarias.

Todo lo anterior es un gran avance, pero aún es necesario que las mujeres recuperen para sí mismas el poder de parir, que reclamen su capacidad y sabiduría natural y ancestral para estar al frente de sus procesos de gestación, parto, lactancia y crianza, es indispensable que las mujeres nos apoyemos entre mujeres empoderándonos unas a otras para ser protagonistas en el nacimiento de nuestros hijos, con responsabilidad, con participación activa y consciente. Es vital para nosotras y para nuestros hijos tomar decisiones informadas alrededor de nuestra salud y de la de nuestros bebés por nacer. Necesitamos conectar con la mujer poderosa, sabia, primitiva que vive en cada una de nosotras y que contiene todo lo que nuestro cuerpo necesita interpretar cuando se trata de parir a nuestros hijos, usemos ese poder, disfrutemos nuestros partos, vamos desaprendiendo el miedo para tener y lograr partos y nacimiento respetados para todas las mujeres. ¡Parir es Poder!

Mi madre me parió a mí.
Todas paren en mi casa,
yo también quiero parir. 

Yo quiero parir tranquila,
que nadie me meta prisas,
que mi chico estéconmigo,
por si hay lágrimas o risas… 

Rumba de las Madres, Rosa Zaragoza

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