El brasileño Nelson Felipe va cada día al trabajo en metro. Un día hace allí una foto que da la vuelta primero a Brasil y luego al mundo. Nelson está conmocionado con la foto y lo que contempla lo enfurece. Pero no es por lo que piensas: lo que los niños reconocen al instante, no son capaces de reconocerlo los adultos.
Y esta es la foto: un par de personas esperando y las dos chicas abrazadas a la derecha del todo.
Bajo la foto puede leerse lo siguiente: "No tengo prejuicios. Pienso que la gente tiene que hacer lo que quiera con su vida. Pero creo que es absurdo que yo tenga que ver una escena como esta".
"Lo que las personas hagan en privado es cosa de ellos pero cuando lo hacen en público, a mí me afecta. Y me niego a tener que contemplar esto y tener que verlo como normal".
"Desafían las convenciones sociales y eso puede ser peligroso. ¿Qué pasará cuando ocurra una tragedia o, peor aún, cuando alguien muera? ¿De quién será entonces la culpa?"
"¿Qué le pasará a los niños que tengan que ver una escena como esta todos los días? Los niños pensarán que es normal esperar en la línea amarilla. Es por ello que no debéis seguir el ejemplo del hombre de más allá en la foto. Seguid el ejemplo de las dos chicas".
Es increíble la forma en la que Nelson Felippe juega con las ideas preconcebidas de la gente: al comenzar a leer sus palabras, la gente piensa que este hombre es homófobo. Sin embargo, al final, este coloca un espejo frente a las personas intolerantes. Y, al mismo tiempo, advierte de lo peligrosa que puede ser esta conducta. ¡Comparte esta genial historia con todos tus amigos!