Luego de haberse ido de fiesta por dos días en los que gastó cientos de dólares en un club para adultos, el exjefe de policía de Carolina del Sur Richard Inman decidió entrar a un banco en el que habían pocos clientes en la mañana de un sábado de junio de 2017 para cometer un robo, tal y como reseña The Washington Post.
El hombre, quien años antes estuvo del lado de la ley, entregó una nota al cajero en la que se leía “Esto es un robo (…) Tengo un arma. ¡Nada de paquetes de tinta ¡2.000 en efectivo! Nada de alarmas. No llores, mantén la calma”. Inman recibió el dinero y se marchó.
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Las grabaciones de las cámaras de vigilancia se hicieron públicas en los medios de comunicación, algunos de sus excompañeros del departamento de policía lo reconocieron, pues no usó una máscara en el asalto.
El exoficial con 17 años de experiencia en la policía declaró recientemente a Post and Courier que todos sus problemas empezaron cuando se sometió a una cirugía para extraer un tumor cerebral en 2009.
Inman describió sobre el robo que para él “no fue una gran cosa, no estuve investigando y planeándolo (…) entré y lo hice como si estuviera pidiendo una pizza”, por lo que ha catalogado como “la maldición” de su vida a la cirugía cerebral.
Ahora, tras haberse declarado culpable de lo ocurrido, señala al tumor no maligno como el causante de todo, pues una vez fue sacado del lado derecho de su lóbulo frontal, una parte del cerebro que se encarga de controlar los impulsos y supervisar el juicio.
“Me operaron, y es como si las ruedas se salieran. Cada decisión que tomé desde entonces fue mala. Y tuvo un impacto en mí, en mi vida familiar y en mi carrera”, dijo el expolicía.
Inman sufrió una convulsión en el trabajo tras solo un mes en el cargo y fue así como los médicos descubrieron que tenía un meningioma del tamaño de una pelota de softball que debía ser extirpado, pero luego de la operación sus compañeros aseguraron que había cambiado su forma de ser.
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Él renunció a su trabajo en agosto de 2011 tras haber compartido bromas ofensivas sobre mexicanos y afroamericanos en su perfil de Facebook, pues pese a las críticas pensaba que eran divertidas. Una vez renunció, le contó a su esposa y después ella lo dejó.