Emotivo: mujer escribe una carta de agradecimiento a su estricta madre

17.05.2019 10:55

Esta carta es la historia de una madre escrita por su hija ya adulta. Tendemos a olvidar que nuestras madres hicieron muchísimo por nosotros durante nuestra infancia. Cuando nos convertimos en adultos, nos damos cuenta de que les debemos todo nuestro agradecimiento por hacernos las personas que somos actualmente. Su amor y cariño es invaluable, incluso cuando nos dejaron cometer nuestros propios errores...

"Tuve la madre más malvada del mundo. Mientras otros niños podían comer cosas dulces en el desayuno, yo tenía que comer avena, huevos y pan tostado.

Mientras los otros niños podían comprar refrescos y caramelos, yo tenía que comerme el sándwich que ella me había preparado. Como te lo puedes imaginar, no era muy feliz a la hora del recreo. Solo había un pensamiento que me hacía sentir mejor: no era la única. Mi hermana y mis dos hermanos tenían la misma horrenda madre que yo.  

Cuando salíamos a jugar, teníamos que decirle exactamente cuándo regresaríamos a casa, y no podíamos llegar ni un minuto más tarde. Nos obligaba a bañarnos y a llevar ropa limpia todos los días, mientras que otros niños podían ponerse la misma ropa varios días. Los otros niños se burlaban de nosotros porque nos compraban ropa de segunda mano para ahorrar dinero. 

¡Pero eso no era todo! Ella siempre exigía una estricta disciplina. Incluso si nos íbamos a la cama después de las 9 p. m., teníamos que levantarnos a las 8 a. m. al día siguiente.

Tuvimos que aprender a lavar los platos, hacer las camas, cocinar y otras cosas más difíciles. Algunas veces, imaginaba que se quedaba despierta por las noches para planear cómo hacernos la vida imposible el próximo día. 

Nos obligaba a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, aunque la verdad no fuera muy agradable. 

El tiempo pasó, pero nuestras vidas no mejoraron. No podíamos fingir estar enfermos y quedarnos en cama para no ir a la escuela, como lo hacían otros niños. 

Mientras a nuestros amigos los dejaban quedarse en casa y no ir a la escuela por tener cualquier rasguñito, nosotros teníamos que ir y obtener las mejores notas posibles. Nuestra madre nos pedía que siempre hiciéramos nuestro mejor esfuerzo. 

Y así siguieron las cosas año tras año. En la escuela, éramos el blanco constante de las burlas, pero simplemente las ignorábamos. Incluso después de terminar la escuela, no nos dejaba estar en paz. Mi madre había hecho algo verdaderamente terrible, y los resultados hablaron por sí mismos: dos de sus cuatro hijos fueron a la universidad, y ninguno ha tenido algún problema con la ley. Solo hay alguien responsable de que nos hayamos convertido en este tipo de personas: nuestra despiadada madre.

No nos daba permiso de hacer muchas cosas divertidas e interesantes que nuestros amigos sí podían hacer. Pero nos hizo unas personas honestas y confiables.

Ahora estoy tratando de darles a mis hijos la misma educación, y cuando ellos me dicen que soy 'de lo peor', me hacen sentir cierto orgullo. ¡Sonrío porque me siento feliz de haber tenido la madre más mala del mundo!".

A veces, hacen falta muchos años para entender lo que significa ser padre o madre. Y solo hasta entonces, apreciamos todas esas cosas que ellos hicieron por nosotros y que nos parecían tan injustas en aquel tiempo. 

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