¿De dónde vienen las adicciones? 6 errores en la crianza que pueden ser la semilla de las dependencias

29.09.2021 11:52

Los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos y realizan grandes esfuerzos para protegerlos de todos los peligros imaginables. Justamente por eso, les resulta tan doloroso ver cómo -a través del consumo de drogas o de alcohol- sus hijos se infringen daños a sí mismos. 

¿Qué experiencias de la infancia pueden llevar a una persona a desarrollar adicciones? ¿Cuál es el rol de los padres y de la crianza a este respecto? En este artículo te revelamos los puntos claves de estos interrogantes. 

1. No ocuparse de las necesidades

Cuando necesitan algo, los bebés gritan o buscan hacerse notar de diferentes maneras y todo se soluciona en el momento en que aparece alguien que se ocupa de sus necesidades. Esto es un mecanismo natural e importante de protección y nada tiene que ver con niños manipuladores o malcriados. 

Si dejamos chillar al bebé, le generaremos un estado duradero de estrés mental y físico que puede tener consecuencias graves en su desarrollo. El bebé se sentirá impotente y abandonado, todo lo contrario a lo que en la ciencia se conoce como "confianza básica o fundamental". Las consecuencias de esto pueden reflejarse en personalidades inseguras, con incapacidad de generar lazos y también en el desarrollo de adicciones. 

2. No decir "no"

Mientras que antes los padres dejaban chillar a sus bebés -con las consecuencias negativas que hemos mencionado-, hoy en día se puede ver frecuentemente el extremo opuesto: muchos padres que le dedican a sus hijos el 100% de su atención, que están constantemente atentos a sus necesidades (incluso por minúsculas que sean) y que, por ende, no son capaces de enseñarles a sus hijos que no pueden siempre tener todo lo que quieren. 

Al no decir nunca "no", al hacer que todo gire alrededor de los deseos de nuestros hijos, los niños no aprenden jamás a enfrentarse con las frustraciones. Sin embargo, tarde o temprano los bebés crecerán y deberán pasar, fuera de la familia, por momentos de frustración. Estos momentos pueden ser catastróficos si las personas no aprendieron en la infancia a sobrellevarlos. De esta forma, la incapacidad de lidiar con las frustraciones puede ser el desarrollo de una adicción. 

3. Ser demasiado cuidadoso

No todo tiempo pasado fue mejor, pero sin dudas algo positivo eran las actitudes relajadas con respecto a la crianza de los hijos (aunque muchas veces estas actitudes rozaran con la indiferencia y el descuido). Hoy en día, en cambio, existe una conciencia mucho más grande de los peligros a los que está expuesto un bebé y, por ende, existe también una gran necesidad de seguridad. 

El problema comienza cuando el comportamiento de los padres es tan cuidadoso que no permite a sus hijos realizar sus propias experiencias y vivir sus errores así como también sus aciertos. Esto va desde que comienzan a gatear y caminar hasta la etapa donde tienen que resolver problemas o conflictos con otras personas. Para evitar que en el futuro los niños abusen de sustancias como "ayuda" para la vida, es necesario que realicen sus propias experiencias, a través de las cuales pueden vivir por sí mismos el resultado de sus acciones y aprender a que no es tan grave cuando algo no sale como lo esperábamos.   

4. Crear una atmósfera de presión

Hoy en día muchos padres presionan a sus hijos para que terminen el secundario y estudien, más que nada por miedo a que, de no tener formación, terminen desempleados y en una situación precaria. De esta forma, los niños aprenden que el valor de una persona depende de su rendimiento. Aquellos a los que no les resulta tan fácil sacar buenas notas tendrán así la sensación de no ser lo suficientemente buenos. 

El peligro de esta educación radica por un lado en que el niño solo se siente querido cuando cumple con las expectativas de las personas mayores y no por quien es. Además, existe también el peligro de que no se respeten sus límites y que, de esta forma, éste no aprenda a saber cuándo es suficiente. Así, en el futuro el niño puede desarrollar una personalidad propensa a la adicción, utilizando el consumo de sustancias para aumentar su confianza o -en el caso de drogas que aumenten el rendimiento- para trabajar mejor que la competencia. 


5. No incluir tiempo libre

Los niños necesitan estímulos, pero sobre todo necesitan tiempo y espacios para sí mismos. Aunque suene a paradoja, si llenamos el día de actividades (incluso de actividades recreativas como fútbol, música, etc.) podríamos terminar generando en los niños un vacío interno en forma de aburrimiento que, con los años, puede desencadenar en una adicción. Cuando tienen tiempo libre (verdaderamente libre), los niños solo pueden recurrir a su creatividad y a sus fantasías para divertirse. En cambio, si todos los estímulos están organizados desde afuera, estos terminarán adoptando una actitud pasiva.  

6. Recompensar

Muchas personas con problemas de adicción usan las sustancias como forma de recompensa, y esto tiene sus raíces en la infancia. De forma intuitiva, el recompensar a sus hijos forma parte esencial del método de crianza de la mayoría de los padres con el fin de incentivar actitudes positivas y evitar al mismo tiempo amenazas y castigos (que muchos padres conocen de sus propias infancias). El problema radica en que recompensar y castigar son dos caras de una misma moneda. Mientras que el incentivo o el miedo sean lo suficientemente grandes, uno puede lograr que el niño haga las cosas que queremos. Sin embargo, de esta forma no lograremos que nuestros hijos aprendan por qué ciertos comportamientos son positivos mientras que otros son negativos. 

Además, a través de la recompensa, se liberan en el cerebro de los niños hormonas de felicidad que pueden llegar a generar dependencia. Este mecanismo se produce incluso con recompensas no materiales (como regalos o dinero): también intercambios del estilo "si te portas bien, vamos luego al parque de diversiones" puede causar la generación de mecanismos de dependencia. 

Los padres nunca tienen el 100% de la responsabilidad de las adicciones de sus hijos. Sin embargo, es necesario poner especial atención a la crianza de nuestros hijos si queremos evitar que desarrollen adicciones en el futuro. La infancia es un momento crucial en el desarrollo de las personas y es usualmente la etapa en donde se generan las causas que pueden llevar a una dependencia. 

En este artículo además te dejamos 10 frases que no deberías decir a tus hijos. 

Fuente