Después de un año batallando contra el cáncer, Dayanara Torres se sometió este martes al último tratamiento contra el cáncer de piel que padecía, el cual le fue diagnosticado a principios de 2019.
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El momento especial de la exMiss Universo lo vivió en compañía de sus seres queridos, entre ellos sus dos hermanos, los cuales viajaron desde Puerto Rico hasta Los Ángeles para estar al lado de ella.
Dayanara compartió a través de su cuenta oficial de Instagram un video en el que narra cómo vivió su último día de tratamiento. En las imágenes se vieron reflejadas las emociones de la puertorriqueña y las lágrimas fueron evidentes tras la alegría de haber culminado una de las etapas más difíciles de su vida.
En la grabación se puede observar el momento en el que Dayanara recibe un emotivo abrazo por parte de su madre, quien fue una de las personas que más apoyó a la modelo, de esta forma Dayanara dedicó a ella unas gratas palabras en su perfil de Instagram.
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“La guerrera más fuerte que conozco, mami sin ti yo no puedo. Me has dado no solo tu ayuda para poder trabajar pero te has dedicado a seguir impulsándome en la vida cuando me ves que decaigo. Gracias por nunca soltarme y por inyectarme de tu gran fe para seguir adelante. Te amo Lela con toda mi alma”, escribió emocionada.
Después de pasar por la última de sus 18 sesiones de tratamiento contra el cáncer, Dayanara quiso celebrar con su familia y amigos en un restaurante de Los Ángeles especializado en comida puertorriqueña, con la fe de que en marzo cuando le practiquen los exámenes todo salga negativo.
“Hoy es un gran día para mí y para mi familia. Orando y suplicando ahora de rodillas para que en marzo, cuando tenga todos mis exámenes (MRI, Citi, Pet) salga todo negativo. Gente más que nunca no me suelten. La oración llega no importa desde cuan lejos venga. Dios tiene el control & Dios es bueno siempre”, publicó
Sin duda alguna esta ha sido una gran lección de vida para Dayanara. Así lo reconoció este martes la propia modelo a través de sus redes sociales.
“Que año tan lleno de emociones, incertidumbres, fatigas, dolores intensos que no me han dejado descansar y muchas veces hasta dormir, subida de peso, náuseas a diario, y hasta todo me sabe a metal, pero un año lleno de aprendizaje, que lección de experiencia tan fuerte para mí”, compartió.