Coincidir con la persona correcta en el momento equivocado.

06.12.2017 10:55

A estas alturas del partido, no sé si maldecir, o agradecer al destino por cruzarme en tu camino, fuiste y siempre serás la historia más breve pero hermosa que me ha sucedido jamás.

Fue un día cualquiera, de esos que te despiertas con la misma careta de siempre, la habitual, sin embargo, sin saberlo, me encontré con el ser más maravilloso, un gran hombre, un verdadero caballero, me topé contigo.

 

Simplemente con verte, mi intuición me mando la advertencia de que eras especial, y no se equivoco, de inmediato me saludaste con un educado beso en la mejilla, me diste tu nombre, te di el mío y así, sin más comenzamos a escribir un bello cuento.

Descubrimos, con el paso de los días, que teníamos grandes afinidades, muchísimas cosas en común que hacían que nuestras charlas, se comieran el tiempo demasiado a prisa, no sentíamos las horas que pasábamos platicando de todo y nada a la vez, del mismo modo, nuestras diferencias hacían más rico el paseo de conocernos.

Pero la última página del libro llegó, esa temerosa hoja con tres letras juntas que no dan margen a seguir con la trama de la novela romántica que escribíamos juntos, de repente, el FIN nos hizo chocar de golpe con la realidad.

No fue que tú fallaras, yo tampoco lo hice, simplemente eres el claro ejemplo de haber conocido a la persona correcta en el momento equivocado. Es aquí por lo que no se si maldecir al destino o darle las gracias por ponerte en mi camino.

Muchas veces, en innumerables situaciones de mi vida, he escuchado esa trillada pero certera frase, que dice que la vida da muchas vueltas pero lo que en realidad creo, es que, lo que llamamos vida, es intima amiga del destino, y su pasatiempo favorito es jugar malas bromas, y lo de nosotros eso fue, se divirtieron presentándonos la perfección del amor y después lo arrebataron con alevosía y ventaja, nos ataron las manos a la espalda y solo nos quedó besar nuestras mejillas como cuando nos conocimos y decirnos adiós.

¿Qué si duele?, claro que duele, pero es una tortura agridulce, pues el recordar tu mirada, tu mano unida a la mía, tus caricias haciendo surcos en mi piel logrando un tatuaje permanente de tus manos sobre mi cuerpo, es doloroso, pues estoy consciente que no volveré a sentir tus caricias, ni tus besos quemándome la garganta, sin embargo, me encanta recordarte, aún sin estar a mi lado, cuando pienso en ti mi sonrisa ilumina mi cara.

El caminar sola, por donde solíamos pasar juntos, retuerce mis entrañas, con coraje me pregunto qué fue lo malo que hice para que se me arrebatara lo más bello que he conocido, pero al mismo tiempo, esas calles llenas de historia que construimos juntos, me da un baño frío de de realidad, pues la vida sigue, yo voy de frente hacia mis ideales, tú, vas recio hacia los tuyos, nuestras vidas van bien, cada uno por su lado, pero vamos bien.

Si de algo estamos seguros, es que ninguno de los dos puede aferrarse a lo que no podrá ser jamás, y sabemos que lo que vivimos fue real, el sentir como se erizaba mi piel al verte, y como tu respiración cambiaba cuando me besabas, esas son sensaciones que no se dan por separado.

Te quiero y siempre será así, se que poco a poco, iré olvidándote pero jamás dejare de recordarte, ahora me toca usar esa famosa frase a mi favor. Conocí al hombre perfecto en el momento equivocado, pero la vida da muchas vueltas, nos despedimos, cada quien siguió si camino, nos fuimos por lados opuestos, pero el mundo no deja de ser redondo, se que entre los juegos de la vida y el destino, no se pueden privar de volver a unir la historia más bella escrita jamás.

El final fue repentino, quizá justo, tal vez cruel, pero me llevo en el alma, al mejor amigo, novio  ser humano que el destino me dejó conocer.

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