Todavía no es mi tiempo para poder olvidarte, aún me toca lidiar con el recuerdo que tortura, con las palabras que dijiste a medias mientras de dabas la vuelta, no es momento que te olvide ni que te saque de mi cabeza, debo aprender las lecciones malvadas que la vida da y mientras paso eso debo de seguir echándote de menos. Debo de aceptar que como sea todavía no es momento para las sonrisas y las alegrías a media noche, sé que debo mantenerme al margen si es que no quiero ponerme más peso al costal que cargo sobre los hombros.
Aún tengo que aceptar que la felicidad no es para siempre, que una vez pasado el dolor todavía tengo que sobrevivir a la realidad y esa es que no puedo ser feliz aún. Deberé de aceptar que no se tiene lo que se quiere así nada más, te tuve un día, la vida te alejó de mí y por las dudas yo te llamo, suelo buscarte, incluso a veces lo intento con el pensamiento, me concentro e imagino que percibes mi necesidad… que estupidez.
No es mi tiempo para tenerte de nuevo, no es momento para quejarme porque no estés aquí, debo aceptar que la vida es complicada, que las cosas no son mágicas y peor a todo eso debo aceptar que si no estas aquí no es porque el destino sea caprichoso y quiera alejarte de mí sino es que te fuiste porque no quisiste estar aquí, si hoy no estás es porque tus propios pies te apartaron.