Ama… Pero hazlo con pasión

06.12.2017 11:30

Yo no sé amar a medias, ¿acaso se puede? Me entrego totalmente cuando lo hago, soy intensa y así es como concibo yo que ha de vivirse el amor: con entrega y pasión.

“No quiero una media naranja que supla mis carencias o deficiencias, sino una naranja entera con su propia visión del mundo que esté dispuesto a compartir la vida conmigo”.

El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es…

¿SE PERDIÓ EL AMOR O SE APAGÓ LA PASIÓN?

Creo que con el paso de los años y después de mucho trabajar en algo o por algo se ven los frutos o la recompensa, ¿por qué si después de varios años de noviazgo o de matrimonio el amor acaba?

Pienso que en lugar de desgastarse o extinguirse, debe crecer o ir en aumento. Ese sentimiento al que llaman: AMOR

También creo que lo que se desgasta es la pasión y es una pieza fundamental en nuestro diario vivir. El gran error de muchos es que comienzan persiguiendo una pasión y terminan conformándose con un enamoramiento. Y las pasiones mas profundas, quedan sepultadas bajo los escombros de las responsabilidades cotidianas.

He conocido personas que de jóvenes eran muy apasionadas y románticas hasta la médula; pero tan pronto se casaron y tuvieron un par de hijos, se dedicaron a trabajar para pagar cuentas, como si de eso se tratara el gran juego de la vida. Los gastos fijos ahogaron aquel apasionado amor, se volvieron opacos y dejaron de brillar.

Sé que algunos me lo discutirán alegando: “Eso que planteas no existe en la vida real, el amor es una decisión, no sólo un sentimiento”, y aunque en algún punto podría estar de acuerdo, eso no significa que deba perderse la pasión en el proceso, porque si eso sucede, sólo nos queda el tedio de la obligación.

El amor verdadero y apasionado es lo que te despierta a primera hora de la mañana y te mantiene despierto hasta altas horas de la noche, en todos los órdenes de la vida. Conozco personas que aunque todos los días suben un peldaño, son muy infelices y es porque han apoyado su escalera en la pared equivocada (sé que algunos entienden exactamente de lo que hablo) y lo que es peor:descubren que en la cima también hay angustia.

Es la depresión de la falsa felicidad. Se casaron enamorados del amor y no de quien decían amar.

“Hoy te quiero mas que ayer” debería ser la frase de cabecera de cada día de nuestras vidas. Recuerda que las relaciones afectivas nunca permanecen estáticas, o se van haciendo más profundas o más superficiales, pero siempre están en movimiento.

Es por eso mismo que me indigna esa gente que cree que “ama un poco”, pero no está segura. O aquellos que están “casi” enamorados pero no lo suficiente como para arriesgarse, porque en definitiva, viven una vida abúlica, en blanco y negro, salpicada por alguno que otro gris de tanto en tanto.

Lo cierto es que al amor no hay que pensarlo, hay que sentirlo. A la felicidad tampoco se la supone, se la vive. En fin, en el mejor de los casos, recuerdan que alguna vez amaron y ya no edifican una vida ni mantienen la llama, sólo se dedican a sobrevivir.

En mi caso, he decidido prefiero fracasar en algo que amo, a tener éxito en aquello que no disfruto.  Si amo, lo hago con pasión o prefiero no hacerlo.

Así que: AMA Y HAZLO CON PASIÓN… ASÍ ES COMO SE VIVE LA VIDA.

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