Brice McArdle es un bebé de un año que vive en Bloomington, Minnesota (Estados Unidos). Lamentablemente, a Brice le quedan entre dos y diez semanas de vida. Él sufre de cáncer cerebral y había estado recibiendo tratamiento, pero el último pronóstico confirmó la triste noticia. Sus padres, Christine y Chris, quieren pasar estas últimas semanas disfrutando al máximo con su precioso hijo. Y han tratado de completar la lista de deseos de Brice.
El lunes cumplieron uno de los deseos del niño: hicieron un tour privado por el Mall of America, uno de los centros comerciales más grandes de los Estados Unidos. La familia se divirtió mientras Brice jugaba en las atracciones infantiles del centro comercial, incluyendo el divertido carrusel.
Pero hay otros deseos en la lista: ir al museo de ciencias, al museo del ferrocarril, tener una experiencia de la Guerra de las Galaxias y aparecer en el canal de televisión local.
A los nueve meses de edad, Brice fue diagnosticado con tumores embrionarios con rosetas multicapas (ETMR). Pasó cinco meses sometiéndose a cirugías y quimioterapia. Sin embargo, hace poco los doctores le confirmaron a su familia el poco tiempo que le queda al bebé: entre dos y doce semanas. Actualmente Brice se encuentra en un hospital para enfermos terminales, mientras sus padres se esfuerzan por cumplir su lista de deseos y pasar el máximo tiempo posible con él.
Desde que recibieron el pronóstico, la familia McArdle se ha tomado tiempo libre para poder pasar tiempo con su bebé. Sus compañeros de trabajo han sido amables: les han donado dinero y han hecho turnos de trabajo extra, para que ellos puedan compartir esas últimas semanas con el niño.
Chris McArdle habló sobre el tema: "Recibimos la noticia de que no hay mucho que hacer. Ambos decidimos que no vamos a ir a trabajar. Vamos a pasar con él todo el tiempo que podamos, y confiamos en Dios". Por su parte, Christine dijo: "Queremos hacer con Brice todas las cosas habidas y por haber, y solo contamos con un período de cuatro a doce semanas. Queremos hacer con él todas esas cosas que pensábamos hacer en su niñez".
Los dos saben lo valioso que es el tiempo que les queda. Christine mencionó que "es imposible estar triste al lado de este niño, porque él es demasiado alegre". Chris añadió: "Yo lo abrazo muy fuerte. Antes siempre lo hacía, pero ahora me encanta abrazarlo bien fuerte, y a él también le gusta. Cada vez que lo abrazo fuerte, me repito a mí mismo que debo mantener ese momento en mi memoria".
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