3 razones por las que las cosquillas en exceso pueden ser perjudiciales

17.01.2020 10:41

El cosquilleo es uno de los fenómenos más extraños del cuerpo humano: a veces, aunque no quieras reírte, no puedes resistirte, y otras, aunque quieras reírte no puedes. Las personas felices y vivaces son más sensibles a las cosquillas, pero nadie puede hacerse cosquillas a sí mismo.

Los científicos todavía no pueden explicar por qué tenemos cosquillas. También hay grandes diferencias en la evaluación de las cosquillas. Algunos investigadores consideran que el cosquilleo es positivo: cuando un bebé se desliza sobre el suelo sobre su barriga y plantas de los pies, se ríe, gorjea y se muestra contento. Esto es un signo de intimidad y confianza, que refuerza el vínculo entre padre e hijo. Incluso a las parejas les gusta hacerse cosquillas mutuamente.

Otros investigadores son bastante escépticos acerca de las cosquillas: el hecho de que las cosquillas pueden provocar tartamudez en los niños pequeños es un cuento de hadas. Sin embargo, el cosquilleo está asociado a ciertos peligros, que en algunos casos pueden causar daños demostrables.

Para arrojar algo de luz sobre esta polémica evaluación, es útil distinguir entre dos tipos de cosquillas: por un lado, están las cosquillas cariñosas y juguetonas que algunos niños piden, y por el otro, también hay ataques de cosquillas que van más allá de los límites. En este caso, la diversión se convierte en una tortura, en la que el niño ríe y sufre al mismo tiempo sin poder escapar. Cuando los psicólogos aconsejan a los padres que no hagan cosquillas a sus hijos, se refieren a estos ataques.

Estás son tres razones para evitar las cosquillas:

1. La fina línea

La mayoría de los padres están convencidos de que a su hijo le gusta que le hagan cosquillas, ya que le provoca mucha risa, pero esta no es más que un acto reflejo. Los niños se ríen incluso cuando el cosquilleo les provoca una sensación desagradable. El acto reflejo no puede ser controlado. 

Pero es difícil determinar cuándo se ha cruzado el límite: cada niño siente las cosquillas de distinta forma. Además, las reacciones defensivas de quien recibe las cosquillas y su risa incontrolable incitan al cosquilleador a continuar. El niño a veces no sabe exactamente cómo evaluar el ataque de cosquillas.

La sensación angustiosa que desencadenan los ataques de cosquillas nunca debe tomarse a la ligera. El cosquilleo persistente puede causar síntomas graves de estrés. Reírse no es definitivamente una garantía de que el niño esté disfrutando de la situación.

2. Dominación

Cualquiera que tenga hermanos mayores sabe muy bien que los ataques de cosquillas pueden ser usados como instrumentos de tortura: en este caso, las cosquillas se usan para dominar a los más débiles. La persona con cosquillas pierde el control de sus reacciones. Su cuerpo se mueve y se retuerce sin poder defenderse. Richard Alexander, profesor de biología evolutiva, incluso cree que la risa forzada por las cosquillas fue originalmente un gesto de sumisión.

Algunos psicólogos consideran que este comportamiento de dominación es particularmente problemático entre los padres. La confianza en sí mismo del niño

3. Ser consciente del cuerpo

Las cosquillas son una parte importante del desarrollo del amor físico, afirma Robert Provine, de la Universidad de Maryland. Susann Heenen-Wolff también las relaciona con ciertos estímulos sexuales, lo que puede provocar que el cuerpo active un "sistema de protección" ante las cosquillas. Según la experta antes mencionada, el placer y la angustia pueden parecerse tanto cuando se experimentan cosquillas que el cuerpo termina por rechazarlas completamente. 

El cosquilleo no es en sí mismo sexual. Pero si es excesivo, puede confundir los estímulos sensoriales. Por ejemplo, las personas que sufren un trauma por cosquillas pueden sentirse inseguras en grupos de personas o tener problemas con la cercanía física en las relaciones.

Algunos podrían pensar que estamos exagerando. Pero tal vez el cosquilleo es similar a la montaña rusa, ya que parte de la infancia consiste en explorar los límites entre el placer y la diversión. Pero es muy distinto subirse en una montaña rusa voluntaria o involuntariamente. Por eso es importante seguir ciertas reglas básicas cuando se hace cosquillas: Los padres deben tener cuidado cuando una risa feliz se convierte en un reflejo de risa forzada. También deben permitir al niño suficientes períodos de descanso y solo continuar cuando el niño lo pida activamente. Entonces las cosquillas pueden ser una actividad agradable entre padres e hijos.

Muchas personas no están conscientes de lo que los ataques de cosquillas desencadenan en algunos niños. En este artículo aprenderás qué otros errores pueden cometer los padres en el desarrollo de sus hijos.

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