Desde tiempos inmemorables, el ser humano ha sido el responsable de la extinción de muchas especies animales. Nuestras horribles conductas han acabado por aniquilar de forma trágica a cientos de animales con el paso del tiempo.
Si hace poco os hablábamos de que el comercio de aletas de tiburón es una creciente tendencia que, a pesar de estar perseguida a nivel mundial, sigue cobrándose millones de vidas de tiburones, haciendo que el número de ejemplares de esta especie este disminuyendo notablemente. Hoy, de nuevo, los tiburones están en nuestro punto de mira, acompañados, por desgracia, de otras especies también en peligro de extinción como son atunes y delfines.
Hace unos días, un pesquero chino fue detenido en las costas de Ecuador con 300 toneladas de restos animales para su comercialización. Habían sido pescados ilegalmente en las Islas Galápagos, consideradas Patrimonio Natural de la Humanidad, donde solo está permitida la pesca artesanal.
Gracias a la presión de grupos activistas y gubernamentales, se ha conseguido imponer una condena de 4 años de cárcel y 5’9 millones de dólares de multa para estos pescadores, que el Gobierno Chino continúa defendiendo. Sin duda, un gran paso para el Gobierno ecuatoriano y la preservación de estas populares Islas, hábitat de millones de animales. Pero, no deja de ser todavía un pequeño avance dentro del gran camino que aún queda por recorrer para asegurar los derechos de estas especies y otras muchas, y protegerlas, a su vez, de la explotación y del comercio ilegal.
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