Los dueños le administraron una inyección letal porque supuestamente no estaba "sano", pero no falleció y logró huir
Un pastor alemán de siete años, de nombre Kiryusha, consiguió salir de su propia tumba la semana pasada en Rusia después de que sus dueños le administraran una inyección supuestamente mortal y lo enterraran creyéndolo muerto.
El perro huyó del lugar y, según el diario británico Metro, estuvo deambulando por una carretera entre las localidades rusas de Ujtá y Siktivkar hasta que apareció una conductora. Olga Lystseva, de 39 años, se detuvo junto al animal y al verlo mojado e indefenso decidió recogerlo para llevarlo a una protectora.
Con Kiryusha a salvo, los voluntarios de la asociación comenzaron a compartir fotos suyas y en las indagaciones pronto descubrieron que provenía de la ciudad de Yemva. Los dueños, al ser localizados, dijeron que habían decidido sacrificar al perro porque no estaba "sano".
Los propietarios admitieron haberle inyectado una droga por supuestos problemas de salud, pero un veterinario descubrió a posteriori que el animal no tenía patologías médicas graves y estaba en buenas condiciones. La disculpa oficial es que lo enterraron vivo "por error" y que su intención no era la de matar a su propio perro.
Ahora Kiryusha, según ha recogido Metro de fuentes locales, se encuentra en la protectora animal a la espera de encontrar una nueva familia. El pastor alemán no ha vuelto con su anteriores dueños, y las repercusiones legales del caso permanecen en duda.
"Gracias a Olga, Kiryusha ha comenzado una nueva vida", dijo un miembro de la protectora. Allí, en el refugio, está "muy tranquilo": "Camina con una correa, no corre a ningún lado, rara vez entra en conflicto con otros perros y no ladra. Es bondadoso con la gente".
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