Tres aves, un campo y mucha hambre. ¡Qué comiencen los juegos! El halcón de esta historia había pedido pollo para llevar, pero cuando fue a recoger la cena no le entregaron el pedido. La idea fue de un pato llamado Félix, que decidió que ese pollo no estaba para comérselo.
Aunque un héroe, a Felix, que es como en realidad se llama este super pato, le acompañó un poco la suerte. Solo hay que mirar las garras que tienen los halcones para comprender que ese día los astros se alinearon.
Eso y que ese día no había pollo en el menú por mucho que el ave rapaz quisiera. Cualquier cosa puede cambiar o reconducir tu destino, un poco de suerte, perder un tren o quedarte dormido puede hacer de tu vida algo distinto.
Pero a veces hace falta también un pato para enmendar los deseos de muerte y destrucción de un halcón.
Por mucho que la unión haga la fuerza seguro que el pollo no se ha visto en otra igual. Al sentirse libre el pobre corre despavorido a su jaula, y como poco lo más probable es que después del incidente se echara a llorar.
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