Normalmente sentimos el dolor ajeno. Somos capaces de ver unos ojos que sufren o que piden ayuda. Nos solidarizamos y, en mayor o menor medida, entendemos al otro. Incluso si ese otro es un animal. Y es que ambos, animales y hombres, nos alegramos y sufrimos igual.
Aunque ya han pasado algunos años de este suceso, sigue estando a la orden del día porque no han cesado las historias que nos llevan a pensar que los zoos deben dejar paso a otros modelos de estudio y conservación animal. Uno de los últimos y más populares fue el caso de Harambe, el gorila de Cincinnati que fue sacrificado después de que un niño cayera a su jaula.
Este caso, sin embargo, es al revés. En 1990, durante una visita al parque zoológico de Detroit, Rick Swope, camionero de profesión, actuó de forma singular. Tan especial fue su comportamiento que quizá pocas personas más habrían hecho algo parecido.
Gracias a él la tragedia pudo evitarse.
Cuando Rick estaba observando el recinto de los chimpancés, se inició una pelea entre un simio llamado Jo-Jo y otro macho. Después del altercado, Jo-Jo trató de escapar con tan mala suerte que terminó cayendo al foso de agua.
Por desgracia, los chimpancés no son capaces de nadar, así que el incidente de la caída era cuanto menos horrible.
“Todos los presentes estaban alrededor del foso mirando cómo el pobre mono empezaba a ahogarse” dijo Rick.
Aunque incluso un empleado del zoológico estaba presenciando los hechos, nadie hacía nada. Fue entonces cuando este valiente camionero supo que debía actuar.
Vio los escalones de seguridad de la pared y entró en el recinto sin pensárselo dos veces. A pesar de ser una acción peligrosa y temeraria, Rick se metió en el agua para salvar a Jo-Jo. Arriesgó su vida por la del chimpancé y lo salvó.
La acción de Swope causó gran impresión, sobre todo en personas que, como Jane Goodall, han pasado su carrera trabajando y estudiando a los chimpancés. Estos simios pueden ser muy peligrosos, y más aún si están alterados, como era el caso. Lanzarse a un recinto cerrado con ellos no es muy buena idea.
El entonces director del Instituto Jane Goodall llamó a Rick Swope y le preguntó por qué había hecho algo así a pesar de que los profesionales del zoo le advirtieron que era muy peligroso.
“Bueno, se me ocurrió mirarle a los ojos y fue como mirar a los ojos de un ser humano, y el mensaje era ‘¿es que nadie va a ayudarme?'”.
Jane Goodall explicó, además, que la vida de Jo-Jo había sido muy difícil. Fue a parar al zoo después de haber sido capturado tras el asesinato de su madre. Una historia demasiado común para innumerables chimpancés. Finalmente, sus palabras resumieron el sentimiento de Swope:“Si ves eso con tus ojos y lo sientes en tu corazón, tienes que saltar e intentar ayudar”.
La actuación del Rick Swope fue grabada por un videoaficionado que presenció toda la escena. Aquí te dejamos un vídeo del acontecimiento subtitulado para que veas hasta qué punto un hombre puede ser un héroe.
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