Cuando Wes Trevor encontró una camada de cerditos huérfanos, no imaginaba la aventura en la que se iba a adentrar.
El dueño del vivero australiano Spectrum Plants Gold Coast descubrió a 8 cerditos perdidos que se encontraban débiles y desamparados. Sin dudarlo, Trevor los llevó al vivero donde también tiene su casa, con la intención de alimentarlos y sacarlos adelante.
Lo que no esperaba es quién iba a echarle una pata con la crianza de los cerditos. Su perra Treasure, un cruce de boxer adoptada en un refugio, sacó a relucir su instinto maternal y decidió que los cerditos iban a ser sus cachorros.
“Antes de que la adoptásemos fue una perra callejera, así que no conocemos su historia“, contó Wes Trevor a Gold Coast Bulletin. Seguramente la perrita había sido madre antes, pero su familia no puede asegurarlo ya que solo llevaba viviendo con ellos 18 meses.
Treasure se tumbó frente a los cerditos y estos se abalanzaron a mamar. Lo más curioso es que la perra empezó a producir leche casi de inmediato; así es el instinto maternal.
Trevor tenía miedo de que esto nos fuese bueno para los cerditos o la perra, así que consultó con un veterinario para salir de dudas. Este le dijo que mientras recibiesen su alimento correspondiente y no hiciesen daño a Treasure, la leche que les estaba dando la perra no les venía mal como complemento a su alimentación.
Es genial cómo a veces los animales nos sorprenden con gestos como este, dando lo que tienen sin importarles la especie con la que se relacionan. Y es que de esta historia podemos sacar una bonita lección: ayudemos a quien lo necesita sin mirar de dónde viene.
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