La Navidad siempre la relacionamos con el frío y con la nieve, al menos para los que vivimos en el hemisferio norte. La ilusión de muchos niños es que lleguen estas fechas y esperar a que nieve para poder hacer el tradicional muñeco, o para ir al campo o parque a jugar con algo diferente.
Sin embargo, por mucho que veamos esas escenas en las películas americanas, no en todos sitios nieva con tanta frecuencia. Aquí en España, por ejemplo, en los últimos años sólo vemos la nieve si nos vamos a las zonas con más altitud, algo que no siempre es accesible para todos. Sin embargo, ¿por qué hay que renunciar que nuestros hijos jueguen con algo que les hace tanta ilusión?
Hoy os traemos una fantástica idea para hacer nieve artificial en casa, de manera que los niños puedan jugar con ella aunque sea a pequeña escala. Es cierto que no es comparable con jugar en medio de la naturaleza, pero seguro que les hace mucha ilusión de igual modo. Este truco se hace con bicarbonato de sodio, un elemento que se utiliza en la repostería o incluso para evitar la acidez del estómago, esto quiere decir que si en un despiste los más pequeños de la casa ingieren un poco del producto no pasa nada, porque no es dañino, aunque tampoco es recomendable que se atiborren.
Materiales necesarios:
– 3 vasos de bicarbonato de sodio
– 1 vaso de agua fría
– 1 bol para hacer la mezcla
– Purpurina blanca (opcional)
Elaboración:
En un bol pon los tres vasos de bicarbonato de sodio, ve añadiendo poco a poco el agua y remueve la mezcla hasta conseguir la textura adecuada.
La sal debe quedar mojada pero no encharcada, por eso es recomendable añadir el agua poco a poco para conseguir la textura deseada. Aunque parezca mentira, al tacto esta masa es muy similar a la nieve, y utilizar agua fría nos aporta su temperatura característica.
Si queréis añadirle un toque aún más real, añade un poco de purpurina blanca, de este modo podemos darle un aspecto brillante, sobretodo a la luz del sol.
¿A qué podemos jugar?
1. Haz formas con moldes. Su textura permite que con cualquier molde o cuchillo de plástico podamos hacer tantas figuras como queramos.
2. Muñecos de todo tipo. Los muñecos favoritos de nuestros hijos pueden pasar un día en la nieve y ser el escenario perfecto para sus nuevas aventuras.
3. Motos o coches. Para los amantes de la automoción, ¿qué mejor carretera en invierno que una de nieve?
4. No os olvidéis del mítico muñeco de nieve, aunque sea en tamaño reducido.
Comentarios