De las historias de regresos de perros y gatos, esta, sin duda, es una de las más “largas” que hemos conocido.
Abby, un cachorro de perra de un año que 10 años atrás jugaba con los niños en el jardín de Debra Suierveld en Washington, desapareció. La buscaron insistentemente, pero sin suerte. Al pasar las semanas sin saber nada de ella la dieron por fallecida.
Hace dos semanas Debra recibió una llamada de la protectora de animales local diciéndole que tenían a su perro.
No podía ser posible, debía ser un error, dijo ella. Sus dos perros estaban allí.
Pero tras escanear el chip le dijeron su nombre: Abby.
Debra se quedó petrificada sin saber qué decir. La protectora la llevó de vuelta a la misma casa que había desaparecido hace una década.
El perro no quería comida, pero bebía mucha agua, dijo Debra. Parecía muy amistosa y amable. Estaba bien cuidada, por lo que durante todo este tiempo no había estado sola.
No se sabe dónde estuvo Abby todo este tiempo. Ahora es un perro viejo con algunas canas y
tiene tumores grasos que son comunes para su edad.
Debra llamó a su hija, que ahora tiene 22 años y es estudiante de la Universidad de Miami en Ohio, y le contó que Abby había regresado: “Se emocionó”.
“Mis hijos quieren saber si responde su nombre”, dijo Debra. “Y sí, lo hace”
“Mis hijos quieren saber si responde su nombre”, dijo Debra. “Y sí, lo hace”
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