Nuestros amigos peludos realmente disfrutan mucho cuando tienen la atención de sus padres humanos, especialmente cuando reciben el reconocimiento de ellos.
Bruce es un hermoso golden retriever que vive muy feliz juntando palos de los árboles, este cachorro es muy despreocupado con todo menos con lo que más ama en el mundo, sus palos.
Su padre, Leo Icenhour , dijo que la fijación de Bruce comenzó cuando una tormenta de invierno hiciera que su palo favorito quedara sumergido debajo de la nieve.
«Había dejado su bastón favorito afuera justo esa noche que empezó a nevar. Al día siguiente, Bruce entró en pánico porque obviamente no podía encontrar su bastón o ni siquiera se podía ver el suelo», dijo Leo.
Bruce buscó por todo el patio a su preciado palo, cavó agujeros, metió la cabeza en la nieve, olfateó por todos lados hasta que tomó un descanso y las temperaturas subieron.
«Se enorgullece de coleccionar palos de todas las formas y tamaños», dijo Leo.
Pero, desde que Bruce tuvo un accidente con un palo que lo llevó al hospital de emergencia hace dos años, sus padres solo le permiten jugar a buscar juguetes de goma, sin embargo, este inquieto cachorro aun no deja de sentir el impulso por coleccionar las ramas.
«A pesar de su lesión el amor por los palos no quedó ahí, sino que se convirtió en una hermosa colección», dijo Leo.
Este cachorro sabe que no tiene permiso de sus padres de llevar su colección para el interior de la casa, pero esto no le impide intentar entrar cuando su padre está distraído.
«Él se enorgullece de recolectar palos de todas las formas y tamaños de nuestro patio trasero y los planta justo en frente de nuestra puerta de entrada. Bruce los revisa a diario cuando entramos y salimos de la casa», agregó Leo.
Parece que este cachorro quedó marcado con esos instantes en los que no encontraba a su palo, es evidente que emocionalmente le afectó mucho.
«Después de que la nieve se derritió parcialmente, finalmente pudo cavar y encontrar su bastón. Nunca lo había visto tan emocionado por su triunfo como en ese momento. Creo que empezó la colección porque no quiere volver a sentir ese pánico de nuevo”, dijo Leo.
Para Bruce, los palos lo hacen feliz, y le encanta mostrar cómo va creciendo su colección.
“Simplemente le gusta agregar cosas a su colección y se siente muy satisfecho de ello”, agregó su padre.
La obsesión de este cachorro es un poco extraña, pero es claro que es una consecuencia de la experiencia que vivió.
Comparte la emoción de este cachorro al saber que más nunca se quedará sin palos con qué jugar.
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