Se tragó el pin de un tablón de anuncios y murió dos días después abrazado a sus padres
La muerte de Kyle Lewis, un niño de 5 años, en un accidente doméstico con una chincheta, está dando la vuelta al mundo. Ocurrió en Leeds (Yorkshire, Reino Unido). El menor murió en el hospital donde estaba ingresado después de tragarse una chincheta de un tablón de anuncios.
Todo empezó cuando Kyle se metió una chincheta en la boca aprovechando un despiste de sus padres. El niño fue conducido rápidamente al hospital, donde los médicos consiguieron devolverle a la vida hasta en cuatro ocasiones. De allí fue trasladado al centro médico de Leeds, en estado crítico.
Estuvo dos días peleando por su vida, pero un escáner mostró que tenía daños en un 95% del cerebro. Finalmente tuvo una reacción adversa, empezó a convulsionar y a subirle la fiebre, y murió acompañado de sus padres. El pequeño Kyle falleció después de un último abrazo con su padre y su madre.
El último abrazo
“Lo mantuvieron con soporte vital hasta que estuvimos listos para despedirnos, pero nunca estás listo, ¿verdad Kyle?”. Quien así habla es Emma, la madre del niño de 5 años que ha fallecido después de tragarse una chincheta. “Kyle decidió que era su momento después de un último abrazo con papá y mamá”, explica.
Según sus propias palabras, “su corazón latió por última vez mientras lo abrazábamos”. Su pesadilla comenzó dos días antes, el 28 de octubre, solo seis días después de su quinto aniversario. Según informa The Star, “después de tragarse una chincheta de un tablón de anuncios fue llevado al hospital”.
Los médicos del Hospital General Rotherham consiguieron salvarle la vida, y lo enviaron a un centro con más recursos y especialistas. En el Hospital de Leeds constataron que tenía daños cerebrales irreversibles. Finalmente murió en compañía de sus padres, Emma y Mark, que ahora están desolados.
Amante de los dinosaurios
“No puedo expresar con palabras lo que siento”, dijo su madre, “estoy rota más allá de las palabras. Siento como si no fuera real, no quiero que sea real, lo mantuvieron con soporte vital hasta que pudimos decirle adiós. Era el doble de su padre, muy listo pero descarado al mismo tiempo”.
Su madre ha explicado que a sus cinco años Kyle era un enamorado de los dinosaurios. “Nosotros decimos que en lugar de alas de ángel le han crecido alas de dinosaurio”, afirma. Un amigo de los Lewis ha abierto una campaña de recaudación de fondos para la familia y las cinco hermanas del niño.
Para el funeral han personalizado camisetas con la foto del niño y un corazón azul, un dinosaurio y el mensaje ‘Kyle-saurus’. Además, la madre ha revelado una anécdota muy especial. Hicieron un memorial en las escaleras de casa y un dinosaurio cayó en el lugar donde el niño solía dejar sus juguetes.
Hundidos en el dolor
Han abierto una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe “para hacer las cosas un poco más fáciles a la familia”. De momento ya han conseguido mil libras (algo más de 1.000 euros). Algo que podrá aliviar la situación que está viviendo la familia de Kyle, aunque no apagar su dolor.
Después del funeral ya no podrá abrazarlo nunca más”, lamenta su madre, que recuerda las tardes pasadas en el hospital. “Cuando estaba allí iba dos o tres veces por semana, me acostaba con él y le hablaba. Esto me está destruyendo, la gente me dice que sea fuerte pero no es tan fácil”, afirma.
Asegura que no sabe cómo hacer el duelo y que se siente “como un robot” con el corazón roto. La señora Lewis ha aprovechado para agradecer al personal del Hospital de Leeds su atención al menor. Y sobre todo, por haber permitido a los padres de Kyle que estuvieran con él en un último abrazo.
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