El religioso, que ingresó en estado "crítico", fue operado de urgencia en La Paz, donde ha fallecido esta madrugada
El sacerdote Rubén Pérez Ayala, de 35 años, ha muerto en el hospital de La Paz, donde llegó herido de gravedad este miércoles tras la explosión de gas que tiró abajo el edificio de la parroquia de la Virgen de la Paloma a la que pertenecía, en la céntrica calle Toledo de Madrid , según ha confirmado a EL MUNDO una portavoz del centro sanitario. Con él son ya cuatro las víctimas mortales y 10 los heridos.
En el entorno del religioso explicaban el miércoles a este periódico que se encontraba en estado "crítico". Tenía numerosas fracturas y la pelvis destrozada, se encontraba intubado y los médicos intentaban estabilizarlo para poder llevarlo quirófano.
"Rubén está en la UCI por la gran explosión del edificio de Madrid y van a operarle ahora de urgencia. Viví con el un año en tierra santa. Rezar por él para que salga vivo", decía uno de sus amigos a través de Twitter.
El sacerdote, que también presentaba una hemorragia interna, fue operado finalmente en el Hospital de La Paz. Sin embargo, fue llevado de madrugada a quirófano a una segunda operación por una hemorragia y falleció, informa Ana María Ortiz.
A Pérez de Alaya se le dio en principio por desaparecido, pero logró salir del edificio semiderruido por su propio pie y fue evacuado en una ambulancia. Durante toda la tarde feligreses de la parroquia se acercaron con impotencia hasta el cordón policial que impedía acceder al tramo de la calle Toledo afectado por la explosión para conocer cuál era su estado.
De 35 años de edad, el religioso fallecido se ordenó sacerdote el pasado 20 de junio en la catedral de La Almudena y celebró su primera misa al día siguiente, precisamente en la parroquia que ha saltado por los aires.
DEMOLICIÓN CONTROLADA
Operarios del Ayuntamiento de Madrid van a iniciar este jueves la demolición controlada de las plantas superiores del edificio de la calle Toledo número 98 de Madrid reventado en la explosión de gas. La operación tiene que hacerse "poco a poco" para evitar el derrumbe de lo que aún queda en pie del bloque de viviendas y está supervisada por los técnicos del Área de Desarrollo Urbano.
El siniestro se produjo en un inmueble sacerdotal dependiente de la vecina Parroquia de la Virgen de la Paloma. Además del sacerdote, otros tres varones fallecieron a consecuencia de la deflagración: un electricista de 35 años y feligrés de la iglesia que estaba tratando de revisar una caldera que llevaba varios días sin funcionar, un hombre de 85 años que caminaba por la calle y otro peatón, de 53, que también fue sepultado por los escombros en la vía pública.
Hasta las 21.00 horas de la este miércoles los bomberos del Ayuntamiento de Madrid estuvieron asegurando el edificio en ruinas desde un vehículo con escala dada la imposibilidad de acceder al interior del mismo debido a su estado. Un retén ha permanecido toda la noche en el lugar del siniestro de forma preventiva.
Por su parte, la Policía Municipal de Madrid ha comenzado a retirar esta mañana a retirar los vehículos dañados por los cascotes desprendidos del edificio, informa Europa Press. A las 10.00 horas también ha entrado una gran grúa a la calle Toledo, que continúa acordonada por los agentes, para labores de más pesadas de retirada de elementos inestables del inmueble.
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