Mozart, un pastor alemán, llevaba mucho tiempo vagabundeando por las calles. Cuando los equipos de rescate de Hope For Paws lo encontraron, el perro estaba demasiado asustado como para verse tentado por la comida que le ofrecían. Al tratar de salvar a un perro del abandono, los momentos más difíciles siempre se producen a la hora de capturarlo.
Llegar a ganarse su confianza, que deje que nos acerquemos y que lo toquemos es todo un logro que conlleva horas y horas de esfuerzo humano y animal. Porque igual de difícil es acercarse como dejar que se acerquen. Mozart y la inmensa mayoría de los perros callejeros no suelen confiar en el ser humano.
Sobre todo porque ha sido el propio humano quien le ha infringido daño o lo ha llevado a su situación actual.
Después de tratarlo por activa y por pasiva, y hasta involucrar a unos guardias de seguridad e incluso de escaparse de la jaula antes de que pudieran cerrarla, llegar a este punto es todo un logro. Los pastores alemanes son fieles por naturaleza, así que una vez que han cedido eso conlleva otras muhas cosas.
Tras un rescate muy costoso, Mozart está listo para ser adoptado; una vez que es capaz de estar tranquilo junto a un humano, el bien está hecho. Ha ganado la parte buena.
Por eso es sumamente importante dejar de comprar animales, hay que adoptarlos, y en su defecto y siempre que se pueda, donar a organizaciones como esta, que se encargan del rescate animal.
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