Las nuevas tecnologías, la cámara del móvil siempre a mano e Internet han hecho que la información vuele. La mala y la buena. Que no se respete y que no se tenga conciencia de dónde están los límites. Vídeos de burla en la oficina, grabaciones de pacientes en el quirófano que fácilmente se difunden, o vídeos de acoso en el colegio. Pocos sectores se salvan, pero el más perjudicado es el que atañe a la intimidad sexual.
#YoRespeto es una campaña creada por Pensamiento Colectivo que quiere evitar eso. Primero, que se graben vídeos íntimos sin consentimiento y, segundo, que se difundan. Si te llega un vídeo de una pareja en actitud cariñosa, no lo compartas. Rompe esta cadena tan irrespetuosa.
Son las seis de la mañana y una pareja se besa apasionadamente en la playa. Alguien los graba y lo envía a sus amigos. A media mañana el vídeo estará ya en cinco grupos de WhatsApp y para medio día toda la facultad de la chica habrá visto la grabación. Por la tarde lo verá su familia, y para el día siguiente mirarán a la joven por la calle o en el autobús y se reirán de ella. Páralo. No continúes con la divulgación.
No seas parte de esta cadena maligna que no tiene en cuenta la intimidad de las personas y se ceba especialmente con la de las mujeres.
No colabores. Si te llega un vídeo que vulnera o humilla la intimidad de las personas, no seas cómplice de ello.
Hace muy poco, una joven italiana de 30 años se suicidó después de haber sufrido una larga agonía que comenzó con la divulgación de un vídeo íntimo con su novio. Es muy fácil destruir la vida de una persona con un click.
En toda la cadena hubo mil oportunidades de frenar esa atrocidad, si simplemente los primeros en ver las imágenes no las hubieran divulgado, nada habría ocurrido. Ni las burlas, ni el desprecio.
Evita que sigan sucediendo cosas así. Comparte vídeos como este para que se difunda la campaña y sea visible la gravedad del asunto. Pero, sobre todo, no reenvíes vídeos íntimos.
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