Convivir con un animal es maravilloso. Los felices amantes de los animales, los humanos con mascotas y casi cualquier niño en el mundo te lo confirmarán. Junto con los animales, otra de las cosas más geniales de la vida es echarse la siesta. Imagina entonces juntar estos hechos, una mezcla explosiva que solo puede ser maravillosa.
Y aunque no defendemos para nada la domesticación o encierro de animales salvajes, a veces en centros de rescate o santuarios ocurren cosas que acercan increíblemente a la raza humana con los animales. A fin de cuentas somos todos seres vivos en el mismo barco. En uno de estos sitios que miran por el bien de estos seres vivos se esconde una historia preciosa a la par que singular.
El humano Dolph C. Volker se ofreció como voluntario en Cheetah Experience, (Experiencia Guepardo), una organización sudafricana que ofrece experiencias de vida silvestre a cambio de esfuerzos hechos para la conservación y bienestar de la vida salvaje. El guepardo protagonista que debía conocer al humano Doplh se llama Eden y es una hembra especialmente amistosa con un espíritu apacible. Además, esta bonita guepardo cumple otra misión en este centro, ella sirve como compañera terapéutica para otro guepardo femenino que permanece en este parque y que está lisiado.
Aunque los guepardos son el animal terrestre más rápido en la Tierra, además de fieros depredadores que se comen a su presa justo después de matarla, son también perfectos compañeros de siesta si les caemos bien, claro.
No todos son así, no vayas a ver a un guepardo y a tumbarte a su lado porque no dejan de ser animales salvajes por mucho que veamos su lado más tierno.
Dice Dolph C. Volker que su amiga de siestas es amable y cariñosa con cualquier persona que le permite. Y que después de unos días, aprendió a ajustar su fuerza para no hacerle daño.
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