Si quieres volver a ver tus suelos como nuevos, no tienes más que aplicar estas sencillas técnicas.
LO QUE VAS A NECESITAR
Este es el material necesario para proceder (quizá no lo necesites todo)
— Papel de lija.
— Goma de borrar.
— Blanqueador de juntas.
— Cepillo de dientes.
— Rastrillo de lechada.
— Sellador de juntas.
PASO 1
La mayoría de las manchas que aparecen en el yeso de las juntas pueden eliminarse simplemente con papel de lija.
Coge un trozo pequeño, dóblalo por la mitad y frótalo ligeramente sobre las zonas donde haya manchas.
Prueba a usar también una goma de borrar allí donde la suciedad sea más tenaz.
PASO 2
Si el método anterior te pareció demasiado ‘light’ y las manchas persisten, es hora de pasar a los productos específicos. Compra un blanqueador de juntas y aplícalo siguiendo las instrucciones del producto (normalmente vienen ya con un aplicador propio) y usa el cepillo de dientes para optimizar la limpieza.
Deja que el líquido actúe y se evapore (asegúrate de ventilar bien la habitación) durante unos minutos.
PASO 3
Si el problema sigue sin resolverse, es hora de pasar a la acción. Agarra el rastrillo de lechada (esta es la herramienta ideal, aunque también puedes hacerlo cuidadosamente con un taladro) y retira la parte más externa de la lechada de las juntas. A continuación, aplica el sellador de juntas y limpia normalmente.
Debes repetir este procedimiento cada 2 años aproximadamente si quieres mantener tu suelo siempre en perfecto estado.
¿Te gustaron estos trucos? ¿Conoces algún otro?
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