La higiene es importante, pero a veces el cuerpo va por libre y nos juega malas pasadas. Un olor de pies fuerte, por ejemplo, puede superar cualquier ducha diaria y llevarnos de cabeza a un especialista para que nos ayude a solucionar el problema.
Sin embargo, mientras se arregla, podemos vivir situaciones de los más absurdas e incluso cómicas. Lo vais a ver más abajo.
¿A quién se le ocurre? A veces los animales no regalan momentazos que son dignos de recordar y, por suerte, últimamente siempre hay una cámara a mano para registrarlos.
La gran ocurrencia de este gato fue ponerse a mordisquear y a oler el pie de su humano. No podemos decir a ciencia cierta si era un pie oloroso, pero la reacción del gato deja lugar a muy pocas dudas, ¿no crees? Te lo advierto, vas a rodar de la risa con este vídeo.
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