A nadie le gusta lavar la ropa. Aunque es muy fácil llenar la lavadora con ropa sucia y luego meter la ropa limpia y mojada al secador, al final te queda una montaña de prendas que tienes que planchar. Sin embargo, existen formas de evitar esta ardua tarea, al menos con muchas de las prendas. Con estos útiles trucos reducirás la cantidad de trabajo y tendrás más tiempo para disfrutar de las cosas buenas de la vida.
1. Moja tu ropa
Tus prendas tendrán más arrugas si las dejas dentro del secador muchas horas, después de que el ciclo se haya completado, o en el canasto de la ropa durante muchos días. Si no tienes tiempo, rocíales agua con un atomizador. Después de humedecer las prendas, regrésalas al secador unos 5-10 minutos. Es mejor usar este método justo antes de ponerte la ropa; de otra forma, se va a arrugar de nuevo. Si no tienes un atomizador a la mano, puedes poner en el secador un paño de cocina húmedo junto con la ropa.
2. Dóblala justo después
La bloguera Ann-Marie ha confesado que siempre le ha aterrado lavar la ropa y todas las tareas que tienen que ver con el asunto. Para mayor comodidad, solía sacar la ropa del secador, lanzarla al canasto y dejarla ahí durante horas o días. Pero un día, Ann-Marie decidió ocuparse de la ropa inmediatamente después de lavarla. Desde que descubrió que la ropa y las sábanas se arrugan menos si las dobla justo después de salir del secador, esta madre de tres niños no deja las pilas de ropa lavada y sin doblar reposando en algún rincón.
3. Cubos de hielo
El truco del cubo de hielo es genial para quitar las arrugas de tus prendas. Simplemente, mete un puñado de cubos de hielo junto con la ropa en el secador. Cuando el hielo se derrite dentro de la máquina, genera vapor, que hace que la ropa se arrugue mucho menos. De cinco a diez minutos, a una temperatura entre media y alta, serán suficientes. No te olvides de sacar la ropa justo después, ya que el riesgo de que se arrugue aumenta con el tiempo que la dejes dentro.
Aquí puedes ver cómo se hace (en inglés)...
4. Cuelga las camisas antes de secarlas
Este método requiere que cuelgues las camisas lavadas antes de meterlas al secador. Esto las conserva en buen estado, lo que quiere decir que se ven más lisas. Para obtener resultados incluso mejores, puedes ponerlas en el secador por 20 minutos si siguen un poco húmedas. Con un poco de cuidado (y suerte) no tendrás que plancharlas más.
5. Pelotas de tenis
Este truco es excelente por tres razones: te asegura que los cojines, las toallas de cocina y cualquier otro material suave conserven su textura; es menos probable que la ropa tenga arrugas, y el proceso de secado se acelera cuando pones pelotas de tenis en el secador. Una o dos pelotas son suficientes para hacer el trabajo. Es conveniente señalar que este método funciona especialmente bien cuando el secador no está atiborrado de ropa.
6. Extiende la ropa recién lavada
Si tienes un poco de tiempo y espacio suficiente, puedes poner a prueba este método. Simplemente, saca la ropa del secador cuando todavía esté un poco húmeda, luego colócala sobre una superficie plana hasta que se seque completamente. Después de esto, la mayoría de la ropa no necesitará planchado.
¿Qué esperas? ¡Pon tu ropa recién lavada a secar y disfruta de los resultados!
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